Todos hemos escuchado esta «palabreja» (perdón por la forma de expresarla), que nos da la impresión de ser algo importante, cuando en sí misma y a la vista de para lo que sirve, al menos para mí, y para mi modesto intelecto, no es más que una expresión que pretende imponérsele a los «inocentes» de turno, para hacerles votar algo que lleva en el fondo unos intereses que solo interesan y o benefician a quien propone y obliga a los «inocentes» del día a que se aplique la mal llamada «disciplina de voto» y cuyos intereses se descubren siempre después de haberla empleado, dándose las circunstancias de haberles causado graves perjuicios morales, e incluso judiciales y económicos, además de otros de carácter personal al sentirse la mayoría de las veces utilizados para que otros obtengan beneficios espurios y de muy difícil justificación.

Una de las veces en que yo escuché esta mal llamada «disciplina de voto» fue en el transcurso de un Pleno Municipal de Orihuela ya hace muchos años, en la que se planteó la propuesta y votación de la adjudicación del servicio de la recogida de basura. En esta ocasión, y si mis recuerdos no me equivocan, se trataba de adjudicar este servicio a Urbaser y a otra empresa que ahora no recuerdo. En aquella ocasión escuché que dos concejalas de nuestro Consistorio dijeron votar por disciplina de voto del partido, una propuesta contraria a esta poderosa empresa, o sea, a Urbaser, alegando algo así como «que el secretario municipal no advirtió que fuera ilegal esa votación por la que nadie le preguntó».

Claro que como hace tanto tiempo, es posible que todo haya sido un sueño para mí, aunque lo único que no ha sido un sueño, ha sido que de aquel «voto por disciplina de partido», ahora resulta que Orihuela, tiene un pleito perdido con Urbaser, cuya cuantía anda ya por encima de diez millones de euros.

Deseo que todo haya sido un mal sueño de verano, pues si no, no arriendo las ganancias a este nuestro adormilado pueblo, porque es previsible, que aquella disciplina de voto, pueda costarnos todo el plan de inversiones de varios años: ¡Espero no soñar más cuando duermo!