n El Centro Ocupacional Oriol de Orihuela se transformó ayer en el alcazaba árabe en la que se gestó la heroica hazaña de la Armengola, que hace 776 años logró salvar a los cristianos dando lugar a la Reconquista. Los protagonistas de conmemorar la leyenda fueron los usuarios de esta residencia que trabaja por la integración social de personas con discapacidad. Ataviados con trajes de moros y cristianos representaron algunos de los actos más destacados de los festejos y demostraron, una vez más, que les sobra capacidad e ilusión para portar orgullosos la Gloriosa Enseña del Oriol.

El calor casi abrasador no minó ni un poco las ganas de fiesta. Los festeros llevaban semanas preparando el acto y recibieron con abrazos y sonrisas a todo el público que fue llegando hasta el corazón del Palmeral para disfrutar de un espectáculo que se repite ya dos décadas. En esta ocasión Jorge Fernández encarnó al Embajador Cristiano; José Carlos Mogica al Moro, Margarita López fue la Armengola y Mercedes Fernández la alcaldesa del centro. Todos ellos recibieron la insignia de la ciudad y ocuparon un papel destacado en el desfile que discurrió entre marchas festeras. Los acompañaron representantes de la corporación municipal y de la Asociación de Fiestas Santas Justa y Rufina.

La mañana discurrió con carácter festivo pero también reivindicativo. Era el momento de invitar a la reflexión. Desde la dirección del centro se defendió la necesidad de conseguir una verdadera integración en las Fiestas de la Reconquista para que las personas con discapacidad puedan participar con toda normalidad. En ese sentido, se anunció que este año no saldrá la fila «Yo también» en la comparsa Moros Almohábenos, que hace nueve años brindó esta oportunidad a los usuarios del Centro Oriol. La directiva agradeció ese gesto que ha ayudado a darles visibilidad pero defendió que ya toca dar un paso más para conseguir la inclusión plena y que se integren con el resto de festeros. El objetivo es que, ahora sí, «desplieguen las alas y echen a volar» ayudando así a «dignificar la diferencia».