«No queremos héroes». Con esta frase justificó ayer el alcalde de Guardamar, José Luis Sáez (PSOE) el hecho de que el municipio que preside no diese la voz de alarma hace un mes de que tres macacos japoneses se habían escapado de sus jaulas en una finca privada en Guardamar. El municipio sí trasladó esta situación a los municipios limítrofes de San Fulgencio, Rojales y Torrevieja.

El primer edil indicó que en ese momento se planteó la tesitura de hacer público el suceso para alertar a los vecinos. Pero se consideró que tenía más inconvenientes que ventajas porque podría provocar que hubiera intentos de captura al margen de los profesionales que se están ocupando de la búsqueda desde hace semanas. Una vez transcurrido un mes desde la fuga el Ayuntamiento no pudo evitar que estos hechos se hayan difundido. El Seprona de la Guardia Civil, Ayuntamiento y Conselleria siguen intentando la captura de estos primates, que se habrían refugiado en la ribera del antiguo cauce del Segura y que fueron vistos por última vez el pasado sábado en las inmediaciones de un centro comercial situado junto a ese cauce.

Sáez, por otro lado, restó importancia a la probabilidad de transmisión de enfermedades por parte de estos primates a hombres.