n El juez de Aguas del Azud de Alfeitamí, Carlos Barrera, se mostraba ayer indignado con las formas de la CHS a la hora de notificar la obligatoriedad de instalar las rejillas de flotantes: «Nos tratan como a súbditos, como un sistema dictatorial, como en tiempos de Franco. Y eso que la CHS es muy ineficiente y normalmente tiene el río hecho una mierda, en especial aguas abajo de Orihuela», dijo. Todos los juzgados de aguas y comunidades han consensuado un escrito ante la CHS para pedir tiempo -60 días- a la hora de estudiar con los técnicos del organismo de Cuenca cómo y dónde se deben instalar las rejillas para acumular los flotantes. «No nos han dicho nada. Nos mandan la notificación y listo», aseguró Barrera, quien aclaró que son agricultores y no todos los juzgados cuentan con personal cualificado -ingenieros- para determinar las soluciones más idóneas. «No nos estamos negando a hacer lo que dice la CHS. Pero la CHS es la primera responsable de mantener limpio el río».

Amigos de los Humedales cuestionó que la administración excluyera a toda la red de azarbes y acequias del riego tradicional como masas de agua en el plan de cuenca aprobado en 2014 «para desentenderse de ellos». También recordó que la Unión Europea tiene abierto un expediente a España por la gestión ambiental que realiza la CHS en el río a raíz de sus denuncias. Con especial incidencia en la calidad del agua y la falta de control de los vertidos sólidos.

Por su parte, el alcalde de Guardamar, José Luis Sáez también se mostró crítico con la decisión de la CHS. Y en especial por el hecho de que no asuma la limpieza del río en la desembocadura, y que paradójicamente cuando ha sido el Ayuntamiento el que lo ha hecho ha sido sancionado. La CHS considera el cauce del río en Guardamar como urbano, pese a que es un área protegida como humedal entre otras figuras ambientales.