Las tablas de surf tienen que quedarse en la arena en la costa de Orihuela. A pesar de que es un deporte muy extendido últimamente, sobre todo por modalidades como el paddle surf por su facilidad de aprendizaje, en el litoral oriolano no se puede practicar. La ordenanza municipal prohíbe expresamente la práctica del surf, y sus tipos que dependan de una tabla rígida, en todas las playas, bajo amenaza de una dura sanción económica.

El Ayuntamiento argumentó en su día, cuando se dispuso la prohibición, que su práctica podía poner en peligro a los bañistas ya que un golpe con una tabla de surf puede resultar hasta mortal. Algo que saben los surfistas, quienes reclaman que se habiliten zonas del litoral donde poder practicar su deporte favorito sin ningún peligro, como sucede en muchos municipios de la costa española. «Nosotros no queremos estar en la misma zona donde se baña la gente, porque lo que nos mueve es el oleaje cuando es peligroso que un bañista se meta en el mar, y buscamos, además, zonas de rompientes y corrientes, donde bañarse no es nada aconsejable», explica Luis Tomás, de La Zenia Club Surf.

Es uno de los muchos surfistas que hay en Orihuela y que pretenden que el Ayuntamiento les escuche y les pueda habilitar una zona para poder disfrutar de su deporte. Uno de esos posibles sitios es Cala Cerrada, donde hay una zona de corrientes no apta para el baño. Precisamente allí es donde ayer un numeroso grupo de surfistas estuvo recogiendo firmas para pedir al Consistorio un cambio en la ordenanza que les permita contar con un espacio del litoral donde poder surcar las olas con sus tablas. «Hemos tenido una gran acogida, los bañistas nos entienden y comparten que pidamos un pequeño espacio», señaló Tomás. «Nuestra intención es que se pueda llegar a un entendimiento entre surfistas y bañistas, como en muchos lugares, cada uno con su espacio porque sabemos dónde no entorpecer a quienes se están bañando en el mar».

A pesar de la prohibición, son muchos los surfistas que, en días de fuerte oleaje como ayer, deciden correr el riesgo de saltarse la ordenanza. «A veces viene la Policía Local a echarnos, cuando llaman a los agentes desde el Ayuntamiento porque se está quejando la gente de nuestra presencia, nos amenazan con multarnos, pero nunca lo han hecho», asegura. Ayer había cerca de medio centenar de surfistas aprovechando el mar revuelto. «Creemos que es un reclamo turístico muy bueno y sano», dice Luis Tomás, quien critica que el Ayuntamiento «fomente mucho el turismo de sol y playa y nada el deportivo».

Esta asociación pretende reunirse con la edil responsable de la Costa, Luisa Boné, «pero nos dicen que no hay suficientes metros de playa para acotar una zona para surfistas, lo que no compartimos». Solo piden un pequeño trozo del extenso litoral oriolano «donde sea más peligroso bañarse, pero ideal para nosotros».