El faro de poniente del puerto de Torrevieja se ha convertido este verano en una zona muy popular de baño entre los más jóvenes. Su principal aliciente son los saltos desde el dique a varios metros de altura sobre el mar. La actividad les resulta atractiva para el ocio veraniego pero entraña considerable peligro para su seguridad al realizarse en el área de la desalinizadora y en zona de paso de cientos de embarcaciones a motor que entran y salen a todas horas por la bocana.

No es fácil acceder a este punto del sur de la dársena del puerto, en el barrio de San Roque, lo que motiva todavía más a alcanzar este exclusivo punto junto al mar, que pueden disfrutar lejos de las atestadas playas torrevejenses. Es una zona restringida de uso industrial de las salinas, y el paseo está cerrado al público porque sigue inacabado y las obras están paralizadas desde hace tres años. Pese a ello en torno a una treintena de adolescentes se concentran a diario para el baño. También acceden al dique de atraque de barcos de mercancía, pescadores aficionados con caña. Y a diario también, como pudo comprobar INFORMACIÓN el pasado viernes in situ, la patrulla marítima de la Policía Local interviene con la zodiac para desalojar el faro y advertir a los bañistas que está prohibido permanecer allí.

Además de la altura de los saltos, sin ningún tipo de control, el baño en este punto del dique comercial presenta otros peligros adicionales. Está ubicado a pocos metros de la zona de captación de los miles de metros cúbicos necesarios para la producción diaria de la desalinizadora de Torrevieja, que cuenta con potentes bombeos subacuáticos en los alrededores. Un espacio señalizado sobre el mar con boyas pero que escapa a la comprensión de los bañistas que se acercan al lugar. Además el paso de embarcaciones y otros vehículos a motor como motos acuáticas es constante durante todo el día y se produce a pocos metros de la zona elegida para los saltos por los jóvenes. Para ellos el baño en el faro supone un reto de diversión en un espacio tranquilo y alternativo al maremágnum turístico, igual que ocurre en otras partes del litoral de Torrevieja como es el caso de las calas.

El dique de Poniente es utilizado para el embarque de sal en grandes mercantes y la entrada constante de personas a estas instalaciones es un auténtico quebradero de cabeza para el personal de las salinas. Para llegar hasta el faro los menores deben recorrer unos 700 metros del paseo inacabado sobre el dique pero también deben atravesar la zona industrial restringida de carga de sal que incluye la cinta de transporte, muy peligrosa cuando está en funcionamiento. Ese es su uso prioritario y de hecho la obra del paseo está paralizada a cuenta de unas mejoras en el proyecto para que cuando se abra no comprometa la actividad industrial.

La principal medida para evitar que el baño en el faro se convierta en un problema de seguridad es el cierre de los accesos desde la cercana playa de Los Náufragos. El vallado provisional de las obras paralizadas está en el suelo, y el proyecto provisional para cerrar el paso, planteado en abril por el alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) pese a no ser de competencia municipal, no se ha llevado a cabo.

Por 20.000 euros

La discrepancia de precios que mantiene paralizada la obra del paseo del dique de Poniente desde hace tres años es de solo 20.000 euros, cantidad necesaria para garantizar la seguridad de las instalaciones de transporte de sal según la modificación de proyecto que en aras de una mayor seguridad solicitó el anterior gobierno local. Una partida poco relevante para un proyecto adjudicado a Becsa en casi 800.000 euros. La obra es responsabilidad de Acuamed, empresa estatal dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.

El Ayuntamiento anunció en abril el cierre con un vallado la obra inacabada del paseo del dique de Poniente o de la Sal ante la situación de peligro e inseguridad para los peatones que supone ahora. Tras el cambio de gobierno central el municipio reclamó al nuevo presidente que retomara las obras y proyectos pendientes de Acuamed en Torrevieja, de restitución por la actividad de la desalinizadora, propiedad del Estado, sin que la respuesta se haya hecho pública. Entre ellos este paseo, que pese a ser utilizado por los vecinos, no cuenta con alumbrado, barandilla de seguridad o mobiliario.