Las familias con hijos que sufren Trastorno del Espectro Autista (TEA) han recibido un nuevo varapalo a cuenta de la organización de la Escuela de Verano Municipal de Orihuela. La empresa que gestiona el servicio les ha comunicado ahora que solo dispondrá un monitor para que se haga cargo del cuidado de siete menores con esta discapacidad. Desde la asociación LiberTEA advirtieron ayer que se está incumpliendo el pliego de condiciones porque, como mínimo, debe haber un cuidador por cada cinco niños. Además, apuntaron que no se está respetando el proyecto educativo, que comprendía un programa específico para necesidades educativas especiales. Por todo ello exigieron a la edil de Educación, Begoña Cuartero, que intervenga para garantizar que serán atendidos como lo necesitan.

Las cerca de 35 familias que se agrupan en torno a LiberTEA se sienten impotentes e indignadas con todo lo que está ocurriendo en relación a la Escuela de Verano. Creen que están jugando con ellos y conforme pasan los días y se va acercando la fecha de inicio de la actividad, fijada para el próximo lunes, se van cambiando los criterios de admisión y de organización. Primero se intentó excluir del programa a los menores que estudian en aulas específicas de Audición y Lenguaje. Los padres demostraron que en el pliego de condiciones se indica claramente que tienen cabida porque acuden a colegios ordinarios. Finalmente, el Ayuntamiento no tuvo más remedio que admitir que así era. Eso ocurrió en una reunión celebrada el 11 de junio, y lo celebraron, pero pronto llegaron de nuevo malas noticias.

Selección de personal

La empresa organizadora de «Oriverano» debía poner dos monitores para atender a los menores con autismo mientras los padres se ofrecieron a pagar un tercero. Al principio les dijeron que sí, que no habría problema, e incluso les ofrecieron participar en la selección del personal. Pero ahora, a cinco días de empezar la Escuela de Verano, les han comunicado que eso no será posible y que en cualquier caso se tendrán que conformar con un monitor para atender a los siete menores. Todo ello después de que LiberTEA, desinteresadamente, hubiera preparado una serie de materiales educativos para ayudar a los organizadores y dotarlos de recursos para poder trabajar en mejores condiciones en relación al Trastorno del Espectro Autista.

Lo que no acaban de entender los padres agrupados en torno a LiberTEA es la protección que, según critican, se está dando desde el Ayuntamiento y en concreto desde el área de Educación a la empresa para blindarla en vez de velar por las necesidades de los pequeños. En ese sentido, esgrimen que en el proyecto entregado por la mercantil al consistorio se dice incluso que existe la opción de «crear un aula específica de niños con necesidades educativas especiales, que así se formará si el Ayuntamiento lo requiere», donde se realizaría igualmente un programa de actividad física y deporte. También aseguran que una de las mejoras que contribuyó a que se adjudicara el servicio a esa empresa fue que presentó la opción de flexibilidad «como pudiera ser la modificación en las ratios para poder incluir a estos niños». Ponen de manifiesto igualmente que el Ayuntamiento tiene derecho a «examinar en cualquier momento el desarrollo de las actividades, pudiendo introducir las modificaciones necesarias... orientadas a una mejor prestación del servicio» y que éstas «serían de obligado cumplimiento para la empresa».

Desde LiberTEA han puesto todos estos hechos en conocimiento de técnicos del Ayuntamiento y aseguran que les han dicho que la ratio se puede aumentar por decisión del consistorio y que se podría poner un segundo monitor sin problema. Ahora, cuando restan cinco días para que empiece la Escuela de Verano, falta por ver si se hará algo más para tratar de integrar a los niños con autismo y garantizar que reciben una atención adecuada. En caso de que no ocurra así, la asociación asegura que reclamará «donde haga falta para que no se prive de ese derecho a los menores».