Más de una veintena de policías de Pilar de la Horadada protagonizaron ayer una sonora protesta frente al Ayuntamiento para exigir la dimisión del concejal de Seguridad Ciudadana, José Tomás Saura (PSOE). Los agentes culpan al consistorio de no haber seguido el protocolo establecido tras una intervención en enero en la que una patrulla estuvo en contacto con un individuo supuestamente portador de tuberculosis. Los policías no fueron sometidos a evaluación médica hasta dos meses y medio después y, finalmente, dos de ellos resultaron infectados. Hasta ahora ni siquiera se han practicado pruebas al resto de la plantilla para comprobar si ha habido más contagios, según denunciaron ayer los sindicatos, que advirtieron que volverán a sacar su protesta a la calle el próximo viernes. Mientras tanto, Saura guardó ayer silencio y declinó hacer declaraciones a este diario.

La concentración de la Policía Local tuvo lugar al término una sesión plenaria forzada por el Partido Popular (PP), en la oposición, que proponía reprobar al edil Saura por «su negligente actitud y dejadez» que «ha puesto en peligro la salud de los policías y los vecinos». No obstante dicha la reprobación no salió adelante porque el gobierno bipartito (PSOE y Vecinos por el Pilar) lo impidió con su mayoría absoluta, mientras sí recibió el apoyo del grupo Vecinos por el Pilar. «Lo que le echamos en cara es la dejadez absoluta ante un asunto tan grave», dijo ayer el portavoz popular, José Fidel Ros, que reclamó igualmente la dimisión del edil.

La protesta de ayer estuvo respaldada por los sindicatos SPPLB-CV, CCOO, UGT, CSIF, SEP Y SIPOL. El portavoz de SIPOL, Ramón Navarro, recordó que fue en enero cuando un grupo de agentes practicó la detención de un ciudadano de origen argelino y horas después desde la Guardia Civil se les alertó de que estaba contagiado de tuberculosis. «Lo que tenía que haber hecho el Ayuntamiento en ese momento es haber cogido a los policías que intervinieron, aislarlos y ponerlos en manos de médicos, pero hasta el 28 de marzo no se realizaron las pruebas. El concejal lo único que dice es que lo puso en conocimiento del técnico de riesgos laborales», aseveró.

Seguridad Social

Según los sindicatos, no fue hasta casi tres meses después cuando tras varios requerimientos de los agentes, la Seguridad Social les realizó las pruebas a estos policías, puesto que la mutua que los asiste se negó al no considerarlo un accidente laboral. Los resultados evidenciaron que dos de los cuatro policías habían contraído esta enfermedad. Uno de ellos supo que era portador en abril y el segundo en mayo, tras someterse a la segunda prueba. Tras la detención, no obstante, solo se desinfectaron los calabozos y los vehículos policiales al día siguiente, aunque después de que estos últimos fueran utilizados por otros turnos.

Navarro reclamó que «se tendría que haber realizado pruebas a toda la plantilla, porque todos hemos estado en contacto con los dos agentes que han resultado contagiados y eso es algo obligado por el protocolo que existe para estos casos». De igual forma dijo que los agentes no se conforman con que se realicen ahora pruebas médicas, sino que quieren también que se depuren responsabilidades políticas «y eso pasa por la dimisión».

El portavoz de Sipol explicó que los dos agentes que resultaron contagiados de la enfermedad «están trabajando porque han dado positivo pero no pueden contagiar a otras personas». No obstante se preguntó «qué hubiera pasado si se hubieran dado contagios durante todos los meses en los que el Ayuntamiento y la mutua no han hecho nada por todo este asunto».

Por otro lado, fuentes de Sanidad aseguraron que el detenido fue valorado en Urgencias del hospital Doctor Peset en fecha posterior y cercana a la detención, donde se descartó patología de tuberculosis activa, determinando que «no pudo contagiar a los agentes». No obstante, eso es algo que ponen en duda los policías.