El Partido Popular (PP) perdió ayer en la comisión previa al pleno de fiscalización convocado por el alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) sobre la gestión del Teatro Municipal en todos los puntos que podía perder. Gracias a la abstención de Ciudadanos y al apoyo de Sueña Torrevieja al grupo de gobierno. Al pleno va con el voto de disconformidad la gestión que el PP realizó durante sus mandatos de riesgos laborales, el planteamiento de obras de acondicionamiento -por ejemplo el intento de convertir una sala de ensayos insonorizada en un almacén-, o de la seguridad. Mientras que el gobierno ha obtenido el visto bueno a su propia labor de tramitación de la licencia de apertura, que no ha logrado tras tres años de trámite, o a las obras realizadas para obtenerla. Fue la Generalitat la que ordenó el cierre en septiembre de 2015 por la carencia de licencia 9 años después de su inauguración.

El pleno se convocará para la semana que viene. Desde el punto de vista práctico, más allá del debate y su transmisión a la opinión pública, la fiscalización no tiene efectos sobre la gestión municipal, a no ser que la documentación obtenida se quiera trasladar a otros ámbitos. En definitiva: no sirve para que se reabra el recinto.

La sesión se plantea por parte del equipo de gobierno como una exigencia de respuestas y responsabilidades a la oposición mayoritaria del PP, formación que tramitó el derribo del antiguo teatro y la construcción del actual, y su apertura sin la firma del final de obra. El alcalde achaca a la gestión popular que la instalación carezca ahora de los permisos que obligaron a su cierre. También culpa al arquitecto director de la obra, que no ha querido firmar el final de obra, pese a que una empresa especializada ha resuelto que ya se dan todos los requisitos técnicos para esa rúbrica.

El PP considera, sin embargo, que el gobierno hace «oposición de la oposición» con esta convocatoria, tras tres años de gobierno sin lograr resolver el problema, y que responde más a la impotencia del primer edil a la hora de lograr reabrir un espacio cultural. El concejal Luisma Pizana, que fue el que dio la cara por el grupo popular y que gestionó el espacio cultural durante el último mandato, aseguró en redes sociales que mas que una comisión la reunión se transformó en un «tribunal de la Inquisición» dirigido al PP y a la técnico arquitecta. La discusión más allá del debate entre Pizana y la concejala de Urbanismo, Fanny Serrano, tampoco faltaron a la ocasión. La edil reprochó al PP que no solo abriera el teatro sin licencia, también que lo hiciera sin dotar a al escenario de líneas de vida para la actividad de los operarios. Pizana explicó que no se había producido accidente alguno durante ese periodo. A lo que Serrano replicó: «Porque tenéis una flor en el culo». El concejal respondió que no se tuvo conocimiento de esta carencia hasta 2012, tras una inspección e inició un expediente para resolverlo y que se contrataban empresas externas para realizar trabajos en altura. Fue durante el actual mandato cuando, con Alejandro Blanco como concejal de Cultura, cuando se abordaron esas obras para solventar.