Minutos después de las 12 del mediodía de ayer, numerosos comerciantes de Orihuela ya estaban recogiendo sus puestos. Hacía calor, la sombra era muy poca y sólo quedaba un puñado de clientes deambulando por Los Huertos. Nada que ver con el bullicio que se espera de un mercadillo. El traslado del zoco a esa zona, alejada del casco tradicional, ha supuesto el declive de un mercado en el que quedan 200 paradas, cuando antes acogía hasta 340. Los vendedores han recibido la noticia de que volverán a su ubicación tradicional, en el entorno de Los Andenes, entre la alegría y el escepticismo. Son demasiadas las promesas incumplidas desde 2009.

«Hasta que no lo vea no lo creo»; «Antes nos tendrían que haber cambiado» o «Traernos aquí ha sido una ruina» son algunas de las frases que pronunciaron ayer los vendedores al ser preguntados sobre qué opinan del cambio inminente. Todos coincidieron en una idea común: la clientela que acude a los zocos suele ser mayor y viven más en el centro de la ciudad que en las afueras. «Siempre se ha dicho que a los mercados se va andando y con el carro», expresaba otro de ellos.

En principio, será a partir de la semana que viene cuando la Concejalía de Mercados que dirige Dámaso Aparicio empezará a notificar el traslado a todos los comerciantes. El siguiente pasó será uno de los que a veces causa ciertas polémicas, como es el sorteo de los nuevos espacios. Uno de los comerciantes reclamaba ayer que se haga con transparencia y siempre realizando una buena distribución que garantice tanto la comodidad de los clientes como de los vendedores y el acceso de los camiones. Todo apunta a que la Avenida de Marqués de Molins y la calle Luis Barcala cumple con las condiciones dado que se necesitan 1.400 metros lineales de espacio. Otra cuestión será recuperar la clientela que han ido perdiendo con los años. Además, se enfrentan a una competencia que antes no tenían, como fue la puesta en marcha del nuevo mercado de los sábados. Aún así creen que en el nuevo entorno, más cerca de bares y comercios, será más fácil sumar ventas. Eso se empezará a saber después de las fiestas de la Reconquista, en julio, cuando se prevé la mudanza.