El desprendimiento de una losa de la fachada del edificio Poeta del Pueblo, ubicado en Orihuela, ha obligado a cerrar su acceso principal. Se trata de un inmueble nuevo -abrió sus puertas en 2012- que acoge las oficinas de los sindicatos UGT y CCOO, así como las dependencias municipales de Estadística, Sanidad, Consumo y Residuos Urbanos. El suceso no causó daños personales debido a que se produjo el lunes por la tarde, cuando estaba cerrado al público, por lo que no había usuarios ni trabajadores. Aún así, los clientes del bar de al lado se llevaron un buen susto.

Agentes de la Policía local acordonaron la zona y ayer por la mañana hubo que retrasar el acceso de los trabajadores de Estadística hasta las 10.30 horas. Los demás entraron al edificio a través del bajo contiguo. Ahora será la Concejalía de Urbanismo y Riesgos Laborales los que determinen cómo hay que proceder, aunque desde el sindicato UGT tienen claro que lo que hace falta es una revisión integral del inmueble. El secretario comarcal de dicha agrupación, Ismael Senent, criticó ayer las numerosas deficiencias que acumula un edificio de nueva construcción e informó que pedirá al Ministerio de Trabajo que se revise todo el bloque.

El Ayuntamiento derribó en 2009 el inmueble siempre llamado «de los sindicatos» por su estado ruinoso y construyó el actual con un presupuesto de 2,7 millones de euros procedentes del Plan E del Gobierno Central. Con ello la administración local se ahorraría al año hasta 73.000 euros en el pago de alquileres de locales en los que se encontraban diferentes dependencias públicas. A cambio del suelo, cada sindicato se quedaría con 211,5 metros cuadrados, de ahí que UGT haya pedido la intervención del Ministerio.

Senent consideró que «habrá que revisarlo pieza por pieza dado que la losa ha caído justo en un paso horizontal que cada día es transitado por decenas de personas». El sindicalista explicó que fueron los dueños del bar ubicado justo al lado los que avisaron a los agentes tras producirse la caída de esa parte de la fachada. «Lo que pedimos es que se habilite un pasillo que dé seguridad y que garantice que ninguna persona se pueda ver afectada por nuevos desprendimientos. Ese pasillo debe de ser de techo cubierto y se debe de revisar el estado de toda la fachada», recalcó ayer.

Para Senent, este no es el único problema que arrastra el edificio. Según aseguró, pocos años después de inaugurarse se tuvo que llamar a una empresa especializada debido a que todo el suelo entarimado estaba afectado por carcoma, debido posiblemente a su falta de mantenimiento. Aunque en ese momento se acabó con el problema, asegura que en la actualidad se encuentra de nuevo afectado y la tarima está «putrefacta por la carcoma».