Hay quien dice que lleva más de medio siglo junto a la tapia del cementerio. Como un guardián de las tristezas ajenas. Es un eucalyptus gomphocephala o eucalipto tuart, subespecie rara en España de entre las variantes de este árbol australiano de presencia tan común en la Península. Este gran ejemplar que se encuentra a las puerta del cementerio de Torrevieja mide veintidós metros y medio de altura, y el diámetro de su tronco es de 3,6 metros. Frondoso, siempre verde y monumental como pocos árboles quedan en el municipio, quizás por su ubicación y por el lugar que parece custodiar, forma parte para más señas (de identidad) de la memoria colectiva de los torrevejenses que han sentido su sombra y los susurros de sus hojas con el viento con ese sentimiento de paz que reconforta en las despedidas de los que se han ido.

Cualquier vecino de Torrevieja, incluso aquellos de extrañas lenguas y costumbres diferentes, terminan conociéndolo. Pero el árbol, después de varias décadas plantado, estaba donde no debía para la instalación del trazado del cableado que llevará la energía suficiente para duplicar la capacidad de producción de la desalinizadora más grande de Europa. Hace solo unas semanas su destino era la motosierra o un trasplante con final incierto además de costoso.

Sin embargo este ejemplar de solera se va a salvar, o todo parece encaminado a que sea así, por el empeño del Ayuntamiento de Torrevieja y su concejalía de Medio Ambiente, que quiso a toda a costa preservar la majestuosidad y frondosidad de este árbol y ha dado el «follón» hasta conseguirlo -y la voluntad de la multinacional Iberdrola-.

Las obras sí se han llevado por delante un pino y han obligado a trasplantar un olivo, que también han estado custodiando la puerta del camposanto. La duplicación de la variante de la N-332 se comerá parte del aparcamiento del cementerio -el día (si llegara) que se ejecute-, por lo que las zanjas se tuvieron que planificar pegadas al muro del recinto municipal. Y eso daba de lleno a los árboles. Pero como única solución se planteó la tala o un transplante muy complicado.la tala o un transplante Cuando el equipo de gobierno se enteró de que la zanja acababa con este árbol la empresa que está realizando en estos momentos un catálogo arbóreo del municipio se apresuró a abrir la ficha de este ejemplar. Algo que ha ayudado a la hora de conservarlo.

El eucalipto ha tenido más suerte. Doctor Árbol, una empresa catalana de las pocas del país especializadas en estas tareas de rescate de ejemplares monumentales, trabaja desde el lunes para evitar que este ejemplar se muera con el paso de la zanja. Para ello utiliza una técnica especial: Retira la tierra del subsuelo en el que están las raíces con aire comprimido, y una vez dejado el «hueco», y con las raíces al aire, los técnicos de Iberdrola encargados de instalar el tendido eléctrico, decidirán por dónde deben ubicarlo sin dañar las raíces y el tronco. Y luego vuelve a enterrarse.

El trasplante se descartó porque para llegar al cementerio hay sólo dos accesos. Uno atraviesa un puente sobre la N-332 y otro un estrecho subterráneo que hacía inviable el transporte del ejemplar de una pieza.

Pendiente del eucalipto

Al Ayuntamiento la operación no le cuesta un euro. Ha sido Iberdrola la que ha asumido la inversión superior a los diez mil euros y un retraso -que no llega a una semana- en la culminación de unas obras vitales desde el punto de vista de la generación de agua potable. Con la conexión de estos cables -a los que solo resta cubrir la zanja en la que está el árbol- la desalinizadora pase a producir de 40 hectómetros a 80 anuales. Una inversión multimillonaria con tendidos aéreos y apoyos de más de 40 metros de altura, tres subestaciones eléctricas y años de trámites en jaque por el árbol. Que ha ganado la batalla. De momento la operación va por buen camino, aunque los técnicos se están encontrando capas de tierra más dura de la esperada.

Según Jesús Puerta, de Doctor Árbol, este método garantiza al cien por cien la viabilidad futura del árbol. Así que con el buen hacer de los técnicos y con un poco de suerte el gran eucalipto de la puerta del cementerio nos puede enterrar a todos.