La comunidad escolar del Colegio Inmaculada de Torrevieja está harta de esperar. Y aseguran que llevan más de 15 años haciéndolo. El centro, que cumple este año medio siglo, es el más antiguo de Torrevieja y arrastra deficiencias como grietas y deterioro de los materiales lo que ha obligado a apuntalar espacios -que ya no se utilizan-. Los padres aseguran que la Generalitat tiene un proyecto y financiación para una reforma integral -casi reconstruirlo de nuevo- pero que la administración autonómica se desentiende y le da largas a su reivindicación.

La Asociación de Padres y Madres de Alumnos del centro, al que acuden a diario unos 500 alumnos de los barrios del Acequión y el Calvario de Torrevieja, expresó ayer en un comunicado «su preocupación y descontento por la desinformación por parte de Conselleria de Educación en relación a las obras que necesita el centro». Los padres aseguran que piden «desde hace 17 años se una serie de reparaciones que nunca se han llevado a cabo» y advierte que desde hace años «no se cumplen normativas porque hasta la fecha no se han atendido las reivindicaciones», aunque matizan que tienen «la tranquilidad de que los menores no corren peligros graves» sí «deben volver a reiterar la preocupación por las condiciones en que los alumnos acuden a clase a diario».

A juicio de la AMPA la calidad educativa se ve afectada por «la precariedad de las instalaciones y por la falta de medios y recursos», y recuerda que solo durante este año han remitido cinco escritos formales sobre esta situación a la dirección territorial de Educación sin obtener respuesta. La inspección educativa «nos recomienda verbalmente que pidamos cita con los responsables, pero tenemos conocimiento de forma extraoficial de algunos asuntos que nos afectan y no habiéndose contestado ninguno de nuestros escritos no atendemos a rumores».

En relación a lo que la AMPA califica como «rumores» explican que la inspección educativa «comunica de forma verbal que hay dinero para llevar a cabo las obras necesarias». El presupuesto para realizar el centro es prácticamente el mismo que el necesario para levantar un centro nuevo. En torno a cinco millones de euros. De hecho, en el proyecto rescatado ahora la mayor parte de las edificaciones se derribarían para levantar otras nuevas. Según las mismas fuentes en el consejo escolar del centro, el máximo órgano de representación de padres, alumnos y profesores, «aparecieron» unos planos, «no proyecto, puesto que no hay memoria de calidades, ni otros documentos necesarios para llamarle proyecto. Lo que sí podemos ver es que está visado por el colegio de arquitectos, pero adjunta un documento en el que plantea ciertas reticencias a su viabilidad», en especial porque la parcela para realizar las obras apenas supera los 6.000 metros cuadrados, cuando los suelos que se están pidiendo para realizar colegios nuevos deben rebasar los 10.000. Algo que obligará en un futuro, si el centro finalmente se reconstruye en esta parcela, a redistribuir los edificios en altura.

Sin desaparecer

Los padres se preguntan por qué «no se les da una respuesta oficial, por qué estamos excluidos de las reuniones que se han mantenido, quién se va a hacer cargo de las obras, a quién corresponde y qué plazos hay para que se resuelva la situación». La comunidad educativa «necesita» respuestas según la ley de procedimiento administrativo y «cualquier otro tipo de respuesta quedará en papel mojado», advierten.

Desde que en septiembre del pasado curso, la dirección territorial decidiera apuntalar parte de las aulas, el colegio «ha perdido zonas tan importantes como el salón de actos, la sala de profesores, sala de música o la conserjería, algunas por el propio apuntalamiento y otras porque han sido convertidas en aulas. Ya llevamos un año con puntales». La Conselleria de Educación aclaró en su día que fue la comunidad educativa del «Inmaculada» la que asumió redistribuir a los alumnos en el propio colegio, al declinar reinstalar a cien en otro.

El concejal de Educación, José Hurtado (Los Verdes) aseguró ayer que el Ayuntamiento ya dejó claro hace unos meses que no podía asumir el Plan Edificant porque desde el punto de vista administrativo no cuenta con medios. «Lo que no vamos a hacer es aceptar la financiación y asumirlo y que luego el colegio llegara mucho más tarde que si lo hace la Conselleria de Educación, que es la que tiene las competencias». Una vez que Torrevieja ya dijo que no iba a asumir esa fórmula porque retrasaría la ejecución es la Conselleria la que debe actuar.

Hurtado advirtió además que el proyecto que se ha dado a conocer es antiguo -se remonta al programa Crea Escola-. Para los padres es una prioridad que se actúe en la parcela actual. Porque es el colegio del barrio, uno de los pocos de la ciudad situado en pleno casco urbano. De ahí que se negaran a que el año pasado se trasladara parte del alumnado a otros centros a expensas de unas obras que no llegan. Para la comunidad escolar esa redistribución sería el principio del fin para disolver el Colegio Inmaculada entre el resto de centros con plazas vacantes.