La lluvia, que cayó fuerte por momentos, no impidió ayer que la Cruz Roja pudiera celebrar su primera jornada de puertas abiertas en Orihuela, pero sí la deslució. La Glorieta Gabriel Miró acogió las 8 carpas con el material de esta entidad, así como los vehículos que usa y diferentes exhibiciones que hicieron las delicias de los pequeños, y no tan pequeños, que se acercaron para conocer de cerca cómo es el trabajo de la Cruz Roja de Orihuela.

Los voluntarios atendieron a todos aquellos que se acercaron a la glorieta, no tantos como se esperaba por culpa de la lluvia, y mostraron cuál es su labor diaria y cómo actúan ante una emergencia. También pudieron subirse a los vehículos como ambulancias y probar unas curiosas gafas subidos en un «kart» que hacían que el usuario viera a su alrededor tan borroso como lo haría una persona que conduce en estado ebrio.

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, fue uno de los que se subió a los «karts» en la inauguración de las jornadas, en las que estuvo acompañado del edil Víctor Valverde y el presidente de Cruz Roja Orihuela, Andrés Ramón. Ramón explicó que el evento «trata de visibilizar nuestra labor y mostrar a nuestros socios en qué invertimos el dinero de las cuotas». Cruz Roja Orihuela participa actualmente en 70 proyectos.