Ochenta millones de euros de presupuesto para 2018 y cerca de 24 millones de euros para inversión son las cifras que, a grosso modo, presentó ayer el alcalde de Orihuela, Emilio Martínez (PP), a los miembros de su grupo municipal de cara a este año, números que llegan con retraso pues en diciembre pasado el regidor envió el primer borrador para comenzar a trabajar. Fuentes municipales achacaron a cuestiones más de trámite en el departamento de Intervención (como ha sido la aprobación de cuentas de años anteriores) y a tener que afinar las cifras que a otra cosa el que el presupuesto no esté en marcha; de hecho, en el mejor de los casos estará para julio, pero nadie quiere dar una fecha para no pillarse los dedos porque saben que están fuera de plazos.
El regidor se enfrenta a los doce últimos meses de este mandato (finalizará en mayo de 2019) y es la última gran oportunidad que tiene para vender gestión e inversión, y Orihuela presenta una capacidad de inversión temible este 2018 si se compara con el resto de municipios porque ha echado mano de dos fuentes extraordinarias de ingresos: la venta de suelo y los remanentes de tesorería, dinero que además se podrá gastar no sólo este año sino en los siguientes habida cuenta que no quedan ligados a partidas directas del presupuesto, aunque el objetivo del equipo de gobierno es poner en marcha la maquinaria de licitaciones en los próximos meses.
Bascuñana, a preguntas de INFORMACIÓN, aseguró ayer dos cosas, que considera que habrá cumplido prácticamente el 100% de su programa cuando acabe el mandato y que espera en que no sea el último porque aún tiene proyectos que ofrecer a Orihuela. El alcalde admitió que el principal problema para la ejecución está en la escasa plantilla de técnicos que tienen que elaborarlos. «Tenemos que aprovechar esta oportunidad. Les he dicho a los concejales que estamos en el sprint final y tenemos recursos y dinero, aunque estemos cortos de personal. Estamos motivados, aunque todo está por delante. Con ello voy a cumplir casi el 100% del programa electoral».
El regidor mantuvo una reunión a primera hora de la mañana en la que explicó cómo se va a gestionar la inversión. Obras en el casco urbano, pedanías y la costa que, en mayor o menor medida, tendrá más o menos visibilidad, aunque una buena parte es tan necesaria como difícil de rentabilizar. Es el caso de los cuatro camiones que son necesarios para la gestión de los residuos y que se llevarán algo más de 900.000 euros, los 350.000 euros en contenedores y papeleras o el dinero que hay que enterrar en la costa para evitar inundaciones.
Entre las pedanías que se benefician, estas Hurchillo, Correntías o Desamparados, que tendrán consultorio médico gracias a un acuerdo con Conselleria de Sanidad, la inversión partirá del área de Noelia Grao. En Seguridad, se instalarán cámaras de vigilancia en los barrios deprimidos y se cambiará tanto la señalización horizontal como la vertical en la costa. Igualmente se prevé un parque de Educación Vial que, probablemente, se instalará detrás de la Jefatura de Policía. En Agricultura, se invertirá en un Sistema Integrado de Información del Agua, SIA y en Urbanismo y Patrimonio se invertirá en el casco histórico, pero también en el Sorzano de Tejada, la Casa del Minero, el Castillo o la Torre de Envergonyes. En Educación se seguirá avanzando en el Plan Edificant y se retomará la política de becas para estudiantes, que no se han dado por cuestiones más de requisitos y tramitación que otra cosa. En transporte público, se regularizarán todas las líneas de autobús y en Empleo se prevé un plan municipal que en breve presentará el edil Víctor Valverde. En pedanías se prevé la construcción de un skate park en La Aparecida, una pista deportiva en La Murada y la compra de terrenos en Molins para una instalación deportiva (suelo que lleva un año alquilado sin ninguna iniciativa), también se quiere sacar adelante el Plan Director de Deportes. En Bienestar Social habrá una adecuación de los centros de mayores y Hurchillo y Escorratel-La Matanza tendrá carriles-bici.
