? La empresa que debía de ejecutar el proyecto con el campo de golf, dos hoteles y 1.500 casas en Albatera comenzó a construir viviendas antes incluso de que se recalificara el suelo. Son edificaciones levantadas en plena sierra que nunca se pudieron vender porque eran ilegales. La mercantil las construyó sin licencia y desplegó una campaña publicitaria para animar a la compra en pleno boom del ladrillo, mientras la administración hacía la vista gorda. Todo ello en unos terrenos que estaban calificados como de utilidad pública y en los que nunca se autorizó la macrourbanización. Hoy están abandonadas.