Menos de un mes han tardado en derribar buena parte de la vieja plaza de toros de Orihuela, que estaba en estado de ruina. Los operarios de la empresa adjudicataria de las obras han concluido la demolición del coso y los trabajos se centran ahora en habilitar la parcela para transformarla en un espacio multiusos con un parque en el exterior. Se trata de un proyecto en el que se han invertido 400.000 euros y que está recibiendo mucho respaldo en redes sociales, especialmente de vecinos que viven en la zona, que han esperado durante años a que se hiciera algo con un inmueble que estaba completamente abandonado.
La envergadura de la demolición es algo que ha sorprendido a muchos residentes de Orihuela, que han visto como la antigua plaza prácticamente ha desaparecido y sólo queda uno de sus anillos de gradas. Ayer los trabajadores se centraban en habilitar los bordillos para construir las aceras que rodearán todo el perímetro y en allanar la superficie. Según explicó el portavoz municipal, Rafael Almagro, es necesario nivelar el terreno y preparar las conexiones de luz, agua o alcantarillado para realizar el trabajo previsto.
Por el momento, se mantienen las fechas de ejecución, que estiman que el proyecto estará acabado aproximadamente en el mes de octubre. Los trabajos se están ejecutando 30 años después de que la plaza de toros echara el cierre. Durante esas tres décadas no se había realizado casi ningún cuidado y el coso presentaba un aspecto de total abandono, lo que generaba quejas de los vecinos. Había servido, eso sí, como refugio para colonias de gatos que han sido ahora rescatadas y esterilizadas por la Concejalía de Sanidad.
Elementos originales
La reconversión de la plaza de toros en un recinto multiusos implica que solo se conservarán algunos elementos originales como los elementos de sillería, que ocupan un 15% de la superficie. Este hecho provocó las quejas de la peña taurina José María Manzanares, que criticó que no se haya conservado la estructura original de la plaza y sólo se mantenga una pequeña parte; si bien el gobierno municipal ha seguido adelante con la obra prevista, alegando que se han rescatado todos aquellos elementos que requieren de protección y conservación para utilizarlos posteriormente como está reflejado en el proyecto.
La parcela que ocupaba el coso taurino se extiende en una superficie de 7.500 metros cuadrados con un ruedo de 1.420 metros. Una vez esté terminado el proyecto se contará con una amplia zona ajardinada con mobiliario urbano, un espacio para juegos infantiles y barras de ejercicios para personas mayores. También habrá una cafetería y aseos públicos en el exterior del recinto.
El interior tendrá un aforo para 2.800 espectadores, sumando el graderío y el ruedo. Además, habrá un museo taurino que recordará la historia de la antigua plaza de toros.
