Cerrados a cal y canto. Así amanecieron ayer los chiringuitos de las playas de Orihuela y así seguirán durante un tiempo por ahora indefinido. El Ayuntamiento ha ordenado a la empresa adjudicataria, Chiringuitos del sol, que paralice la actividad al percatarse ahora de que el contrato venció en noviembre de 2017. Aunque cabía la posibilidad de prorrogar el servicio durante dos años más, el gobierno local ha declinado esa opción debido a la investigación judicial por el presunto amaño de la contrata, en la que está procesada la exedil Martina Scheurer (Los Verdes).

La decisión adoptada por el consistorio conlleva que las playas oriolanas carecerán de este servicio, y por extensión del de hamacas y sombrillas, hasta que se adjudique un nuevo contrato. El cierre se ha ejecutado justo cuando comienza el primer fin de semana con temperatura veraniega del año y en un municipio que presume de tener 11 banderas azules, nueve de ellas en playas y dos en sus puertos deportivos.

En este momento, los técnicos municipales están terminando de redactar el pliego de condiciones administrativas para el nuevo contrato y está previsto que se apruebe en Junta de gobierno en un máximo de dos semanas. Será entonces cuando comience el proceso de contratación en el que las empresas interesadas podrán presentar sus ofertas para luego valorarlas, publicar la resolución, abrir el periodo de alegaciones y realizar la adjudicación definitiva. El trámite no durará menos de dos meses y eso es algo de lo que es consciente la concejala de Playas y Coordinación de Servicios en la Costa, Luisa Boné. La edil aseguró ayer que intentarán agilizarlo al máximo dentro de los plazos que permita la ley, pero destacó que los técnicos están siendo muy cautelosos porque todas y cada una de las condiciones que se fijen en el pliego serán examinadas con lupa por el presunto caso de corrupción que enfangó el anterior proceso.

Según recordó Boné, el contrato que ya ha terminado y que está bajo sospecha se adjudicó en junio de 2014 y comprendía hasta noviembre de 2017. Sin embargo, los técnicos municipales pensaban que la duración era de tres años y que por tanto debía de vencer antes de la temporada estival. La sorpresa llegó cuando hace unos días Chiringuitos del sol presentó un documento en el consistorio en el que daba por hecho que la prórroga ya estaba en vigor. Fue en ese momento cuando, siempre según Boné, se percataron de que el contrato ya había expirado.

La decisión de no prorrogar con Chiringuitos del sol ya se había anunciado en noviembre de 2017. Fue precisamente Boné quien informó públicamente de que no se plantearía la extensión del contrato por el presunto fraude que se investiga en los juzgados. Los últimos acontecimientos dan cuenta de que la empresa habría estado trabajando sin contrato desde hace cuatro meses porque el Ayuntamiento defiende que la prórroga no se activaba de forma automática, y ese es el argumento utilizado para deshacerse de la mercantil.