Ni el Ministerio de Fomento ni el Ayuntamiento de Orihuela han sido capaces de atajar el caos de ubicación durante los últimos años de vallas publicitarias a lo largo de la vía parque de la N-332 en Orihuela Costa. En especial, del tramo que discurre entre Cabo Roig y Punta Prima.

La Asociación de Vecinos y Comerciantes Movimiento Ciudadano La Zenia trasladó una denuncia a la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento en febrero de 2017 sobre la ubicación de vallas publicitarias en zona verde. El colectivo tiene constancia de que Fomento, con facultad sancionadora según la legislación, instó al Ayuntamiento de Orihuela a retirar al menos las que -incomprensiblemente- están situadas en suelo público. Los «márgenes de oro» del vial son los más cercanos a la rotonda de acceso del centro comercial de La Zenia, por el que circulan una media de 20.000 vehículos diarios. La legislación de carreteras prohíbe de forma expresa estos vallados, en especial «fuera de los tramos urbanos de las carreteras queda prohibido realizar publicidad en cualquier lugar que sea visible desde las calzadas de la carretera», dice el texto, y «en general cualquier anuncio que pueda captar la atención de los conductores». Prohibición que, sin derecho a indemnización, se aplica a todos los rótulos, carteles, inscripciones, formas, logotipos o imágenes, al margen de su tipo, dimensión, o elemento que lo soporte. La indefinición de este tramo de la N-332 favorece esta situación, aunque se considera urbano en esa amalgama de grandes urbanizaciones que lo cercan, la infraestructura solo cuenta con algunas entradas reguladas por rotondas al mismo nivel y no con cruces.

Los medios con los que cuenta Fomento para sancionar y obligar a retirar este mobiliario son limitados y la competencia entre las distintas agencias por cada palmo de visualización publicitaria feroz. Los procedimientos administrativos son lentos y se encuentran con el marasmo legal de determinar la responsabilidad del propietario del suelo o de la empresa que ubica el soporte publicitario. Pero la irregularidad es especialmente grave en el caso de los postes y mobiliario explotado por la empresa Impursa, a la que señala el escrito de la asociación en su denuncia: «Puestos en contacto con la mercantil nos indica que tiene un contrato con el Ayuntamiento de Orihuela con el fin de ubicarlos».

Sin embargo, el Ayuntamiento tiene una versión distinta. La mercantil agotó su contrato de explotación y se prepara en estos momentos un nuevo pliego. La empresa invirtió en distintos soportes a lo largo y ancho del municipio y como contraprestación parte del mobiliario se puede utilizar para visualizar los mensajes institucionales, normalmente relacionados con las áreas de Turismo y Cultura del Ayuntamiento. En teoría, los postes ya están amortizados y son propiedad del Ayuntamiento de Orihuela. Sin embargo, tal y como se demuestra en las imágenes, siguen explotándolos. Además Orihuela carece de una ordenanza fiscal que pueda regular la ubicación de este tipo de publicidad callejera. Desde el Ayuntamiento se asegura que hay abiertos muchos expedientes de infracción urbanística contra los vallados ilegales. La primera interesada en evitar esta proliferación, que deriva en una imagen urbana negativa para una de las zonas turísticas más populares de la provincia, era la propia concesionaria municipal, que en su día aportó un canon de un millón de euros mientras veía cómo la competencia situaba los soportes publicitarios sin control junto a los suyos. En algunos casos los vallados se levantaron sobre suelo de zona verde pública, sin que se conozca si existe algún tipo de contraprestación a cambio para el municipio, circunstancia que no explican las fuentes del equipo de gobierno consultadas por este diario.

Monopostes plegables

El descontrol es tal que se puede observar el incumplimiento en cualquier tramo del vial. Por ejemplo, la ley indica que cualquier monoposte publicitario, en el improbable caso de estar instalado legalmente, debería estar siempre separado a la mínima distancia posible para evitar problemas de seguridad si resultara derribado por el viento o por un accidente al invadir el vial en su caída. Pero los monopostes que incumplen esta norma son muy numerosos.

Las agencias no escatiman en costes para conseguir un espacio visual, pero cuanto más altos son los vallados, más peligrosos resultan. Y hecha la ley, hecha la trampa. La rotonda del límite de Torrevieja con Orihuela Costa, en la confluencia de la N-332 con la avenida de Escorpiones y avenida de Las Olas, cuenta incluso con grandes dispositivos desplegables, que se pueden hacer aparecer y desaparecer en función del horario. Mientras la maraña de postes y carteles sigue ahí, a la vista de todos.