Los descontentos con la retirada de la Cruz de los Caídos de Callosa de Segura han comenzado a colocar cubrebalcones en sus viviendas para reivindicar su simbología ligada al cristianismo. Hasta el momento son ya más de 300. La iniciativa partió de los custodios que velaron por la permanencia del monolito durante más de 400 días, quienes siguen concentrándose junto a San Martín para rezar cada día.