En Orihuela más de mil personas participaron en la marcha organizada por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Orihuela y por la Mesa de la Igualdad, en la que participaron también numerosos colectivos como Cruz Roja, Vega Baja Acoge o la Asociación de Mujeres Clara Campoamor, y otras 10 asociaciones. La marcha, encabezada por una pancarta sostenida por el alcalde oriolano, Emilio Bascuñana, y todas las ediles de la corporación municipal y en la que se podía leer "8 de marzo, Día Internacionald e la Mujer", se inició a las 19.30 horas desde la puerta del consistorio y recorrió varias calles céntricas del municipio hasta llegar a la Glorieta Gabriel Miró y fue una de las marchas reivindicativas con más participación de las que se recuerdan en años.

La Concejalía de Igualdad, además, repartió mensajes entre los asistentes a la marcha en los que se podía leer "ni la tierra, ni las mujeres somos territorio de conquista" o "no soy un perro, no me silbes". A la convocatoria no sólo acudieron mujeres, también muchos hombres que quisieron así apoyar las reivindicaciones en igualdad de género que se pidieron. Una batucada precedía la marcha que concluyó en la Glorieta donde se leyó un manifiesto. En el mismo, que leyó la edil de Igualdad Sabina Galindo, que inició el discurso señalando que "la igualdad de género es un derecho cuya realización es la mejor oportunidad que existe para afrontar algunos de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo". Además de calificar la desigualdad entre hombres y mujeres como "una lacra insoportable, fruto de una cultura patriarcal que la promueve y que se extiende hasta nuestros días" y consideraron que la discriminación de género "es un obstáculo para nuestro mundo".

Igualdad

La edil recordó que en el municipio se ha puesto en marcha un Plan de Igualdad tanto para los trabajadores del ayuntamientocomo para la ciudadanía cuyos objetivos prioritarios, señaló, son la difusión y visibilización de una cultura comprometida con la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres, y la eliminación de cualquier obstáculo que dificulte la consecución de la igualdad real, actuando tanto sobre las normas como sobre las estructuras, mentalidades y costumbres. El manifiesto puso el foco en la discriminación salarial, la ausencia de igualdad de oportunidades, la imposición a las mujeres de papeles de cuidados y mantenimiento del hogar "que las relegan a espacios invisibles e infravalorados" o las conductas de acoso callejero "que nos convierten en objetos sexuales e invaden nuestro espacio físico y psicológico".

Una realidad que sufren a diario miles de mujeres y, por ello, pusieron sobre la mesa varias soluciones en forma de reivindicación como la activación de medidas efectivas de corresponsabilidad para el reparto equitativo de tareas, que la maternidad, las tareas de cuidado y mantenimiento del hogar, reciban el reconocimiento social, político y económico que se merecen, que se revise la economía sumergida, que se promueva una Ley para la igualdad salarial entre hombres y mujeres que ponga fin a la brecha salarial y los techos de cristal o que se instauren medidas de sanción de las conductas de acoso callejero y violencia machista, acompañadas de medidas educativas para los menores y de reeducación para los mayores.