La delegación de la Federación de Padres de Alumnos «Gabriel Miró» ha reclamado a la Sindicatura de Agravios que «intervenga» ante el Ayuntamiento de Torrevieja explicaciones por el retraso en el abono de la primera fase de la XarxaLlibres. La convocatoria de estas ayudas que han permitido dotar los centros de Infantil, Primera y Secundaria con un banco de libros gratuitos data del curso 2015/ 2016. La petición está firmada por el nuevo presidente de este colectivo local de padres, Francisco García y traslada a «la prestigiosa institución» unos «hechos que consideramos graves y discriminatorios y a los que la administración local no ha dado una explicación satisfactoria».

El portavoz dice que las ayudas de la primera fase, dotadas con cien euros cada una, se comenzaron a abonar en septiembre de 2017 sin que se haya completado, algo de lo que, asegura el representante de padres, han alertado muchas familias a la entidad. La Sindicatura realiza expedientes en los que recaba información sobre el funcionamiento de las distintas administraciones ante las quejas de los ciudadanos. Sus informes y expedientes concluyen con recomendaciones no vinculantes, aunque cumplen su función a la hora de presionar, también cuando se trasladan a los medios de comunicación, para que se resuelva el problema planteado, sobre todo, cuando este organismo da la razón a quienes plantean la queja.

Desde septiembre

En la mayoría de ayuntamientos de la Comunidad Valenciana, según la petición de los padres, se entregó la primera fase -cien euros fijos por alumno fuera cual fuera el gasto de las familias- a principios de 2017.

Torrevieja es, con diferencia, la ciudad donde más retraso se acumula en estos momentos en la que casi todos los municipios han cumplido también con la segunda fase -en la que se entregan hasta un límite de 100 euros más en función de la justificación de compras de material que aportaran-.

En el caso de Torrevieja el retraso en tramitar las 3.000 solicitudes y concederlas se prolongó hasta mediados del año pasado por distintos problemas burocráticos, según el área de Educación, como la dificultad de gestionar las peticiones con la aplicación informática de la Generalitat o la falta de personal en el área para asumirlas. La aprobación del programa en el caso de Torrevieja generó además polémica a la hora de aprobarlo por las dudas generadas por los informes de los técnicos municipales. La tramitación no fue fácil pese a que el área de Educación reforzó ese departamento con personal eventual adscrito a la Alcaldía para atender las peticiones.