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Torrevieja

El arquitecto del Teatro pide 130.000 euros para firmar el fin de obra al cabo de 12 años

El documento es imprescindible para obtener la licencia y reabrir el espacio clausurado por el Consell en 2015

El arquitecto del Teatro pide 130.000 euros para firmar el fin de obra tras 12 años

El arquitecto Antonio Marquerie, responsable de la dirección facultativa de la construcción del Teatro Municipal, ha estimado en 130.000 euros los honorarios que debería recibir en caso de rubricar el certificado de fin de obra de este proyecto, que se inauguró en 2006, y estuvo abierto hasta septiembre de 2015, momento en el que la Generalitat lo clausuró tras detectar que carecía de licencia de apertura -trámite que no era obligatorio en 2006-, pero también por numerosas deficiencias de seguridad. El final de obra es ahora imprescindible para que el recinto pueda recibir licencia, y reabrirse al público. El certificado final de obra es el documento técnico que avala que se han ejecutado y acabado las obras de acuerdo con el proyecto y las licencias de obra previamente otorgadas y eso sólo lo puede autorizar Marquerie.

Además de ese abono -el equipo de gobierno asegura que no tiene constancia de que lo haya reclamado por escrito- el arquitecto ha solicitado documentación sobre todas las actuaciones y obras que se han llevado a cabo en el último año y medio para adecuar las instalaciones a las condiciones de seguridad exigidas por la legislación, dado que no las ha supervisado directamente.

Marquerie estuvo visitando el Teatro Municipal el pasado septiembre para comprobar esas intervenciones en el edificio. La más importante es la que se ejecutó en la escalera de acceso a las oficinas de Cultura como medida contra los incendios. En el caso del Teatro Municipal no solo se debe certificar el fin de obra según el proyecto, que estaba presupuestado en algo más de 5 millones de euros, también de un sobrecoste de otros 3 millones, que los técnicos no supieron esclarecer si realmente se habían invertido en la obra y que se le abonaron a la empresa con los informes en contra de los técnicos municipales en febrero de 2011.

El alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) solo se ha referido a la necesidad de que el arquitecto firme el documento como condición indispensable para que el edificio obtenga la licencia, sin hacer alusión a que Marquerie reclama esa cantidad. Sí hizo mención a que la empresa adjudicataria, Acciona, en su día aseguró que se le habían pagado sus honorarios.

Negociar

Ante esta situación el concejal de Sueña Torrevieja, Alejandro Blanco, quien fue responsable del área de Cultura y de intentar resolver este problema durante un año, dio por hecho ayer que el principal escollo para que el arquitecto firme el fin de obra es que reclama unos honorarios derivados de ese trámite en cualquier proyecto.

Para el edil «se tendrá que negociar el pago y se tendrá que entregar la documentación necesaria al arquitecto con las modificaciones realizadas porque huelga recordar que una vez firmado se tendrá que hacer responsable de lo ordenado por el equipo técnico en su momento y lo realizado sin su supervisión».

Sueña Torrevieja, dijo, «siempre ha dicho lo mismo y no se ha salido del esquema ni un milímetro». Blanco añadió que los problemas técnicos «eran fáciles de solucionar»: un motor con la potencia de la requerida para elevar un telón cortafuegos; fichas de butacas y puertas con indicación de productos ignífugos; salidas de emergencia hacia la azotea en caso de incendio y un sistema de impulsión de aire para evitar el efecto chimenea «nada más», explicó el concejal.

«El resto era firmar la certificación final de obra, hablar con el arquitecto y llegar a un entendimiento, por otra parte lógico para todos, por muy mal que nos pudiera sentar, y por supuesto, pagarle, porque con independencia de que tuviera que haberlo hecho Acciona o el oscurantismo que parece plasmar todo lo que rodea el Teatro como si de Shakespeare estuviéramos hablando, el Ayuntamiento es el responsable civil subsidiario». Con la firma, el arquitecto también se hace responsable con su propio seguro sobre lo que ocurra después.

Y añadió: «Que se hablara con el arquitecto, que se llegara a un acuerdo de pago, que se firmara la certificación y que se decretara la apertura era lo que se debería haber hecho antes y lo que, tristemente, se tendrá que hacer ahora». Por su parte, Antonio Marquerie explicó a este diario ayer que no va a pronunciarse sobre la polémica del teatro y que mantiene una relación profesional con el municipio y se va a ceñir a ella.

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