Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque yo, la verdad, ni lo sé, ni me importa. En cualquier caso, considero que cualquier tiempo pasado fue distinto; ni mejor, ni peor. Supongo que coincidiremos en eso, aunque como cada uno es de un padre y una madre puede pensar lo que le pase por el forro. Si partimos de esa base/premisa, vamos bien, aunque, eso sí, con matices, porque no todos tenemos la misma formación -¡laica o religiosa!-, los mismos principios y el mismo criterio, que se puede basar en muchas cosas, como, por ejemplo, la experiencia, que, dicen, es la madre de la ciencia. ¡Qué tiempos aquellos en los que la inocencia de la edad nos hacía ver un mundo idílico que, con el paso de los años, se diluyó como un azucarillo en el café y nos encontramos con otra realidad.

¡Qué tiempos aquellos! Los españoles inventamos lo que hoy se conoce como «mando a distancia», y si no que se lo pregunten a nuestras madres que, cuando hacíamos una «trastá/travesura», hacían volar una zapatilla que, indefectiblemente, impactaba en nuestro "cuerpesico» serrano! Eso sí, ¡nos «zapatilleaban» desde el cariño, porque luego corrían a interesarse por nuestro estado, como queriendo excusar su acción asegurando que lo hacían porque las sacábamos de sus casillas!

En otro tiempo nadie cuestionaba la autoridad de un padre, un alcalde, un maestro o un cura. Ahora se les habla de tú y se les trata de «colegas». Con ellos se habla de temas que, en otro tiempo, estaban poco menos que prohibidos y sobre los que nos iniciaban -¡clandestinamente/furtivamente!- los «amiguicos/compis» de cole. ¿Os acordáis?. En la Orihuela «sotánica y satánica» y reserva espiritual, se daban situaciones chocantes, como los cortes/parones en las «pelis» que se proyectaban en el «sine» del Oratorio Festivo. ¡Y todo porque los «protas» se daban un beso, casi casto y «sin lengua», lo que aprovechaba el director, don Antonio Roda, para asegurarnos que se besaban «porque eran hermanos». ¡Sí, sí; hermanos! Si es cierto lo que dice el «cancionero popular patrio» sobre «cuanto más primo, más me arrimo», imaginaos lo que puede pasar con un vínculo/relación como el fraterno, por lo que el cura parecía estar encubriendo/justificando un acto incestuoso. ¡Dulsísimo nombre de Jesús!

En otro tiempo, «los sagalicos» aprovechaban el veraneo para, además de bañarse, ligar con «fransesisas» -si se iba a Torrevieja, también se podía «confraternizar» con suecas- y ver de «ampliar conocimientos» y aprender «en cuestiones amatorias», ya que las de más «pallá» de los Pirineos parecían «más abiertas/predispuestas», a todos los niveles, que las nacionales, que eran más cortas que las mangas de un chaleco. Estas -las nacionales- pasaban a la reserva, aunque muchas, en época de fríos, te soltaban aquello de «donde has pasado el verano pasa el invierno» y te ibas «pa la casa» con «el rabo entre la patas» a lamerte/curarte las heridas provocadas por el rechazo, a modo de «zasca» en «toa la trompa», aunque, «nena, más cornás da el hambre y ya vendrás», se aseguraba sacando pecho para dar a entender que se iba «sobrao» y que «cuando una puerta se cierra una ventana se abre». ¡Se estaba más «equivocao» que Puigdemond, los Jordis y Junqueras juntos, porque se ligaba menos que el chófer del Papa; menos que Quasimodo en Marbella!, aunque se sacaba pecho haciéndose una ilusión que sólo era eso que servía para presumir delante de los amiguetes, en plan John Travolta, en Grease, pese a que la realidad era otra, puesto que no se comían ni un colín! En otros tiempos lo único que volaba -al margen de los aviones de las líneas aéreas y las zapatillas de nuestras madres- eran las «milochas». Ahora vuelan drones y no se le da importancia, porque, en muchos aspectos, se ha adelantado una barbaridad y se ven las cosas desde otra perspectiva, como hacen los «sagales» del «proseso» cantonalista «vegabajero» que, en su empeño de valerse por sí mismos, se han «dotao» de una flota de drones con la que han «formao» una escuadrilla, bautizada como «Aguidrón», para vigilar los movimientos sospechosos de alterar el orden público establecido y evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan acciones que vengan a perturbar la convivencia comarcal. ¡Estos «sagales» no se cansan de pergeñar estrategias que favorezcan «la mancomunización» de servicios que ayuden a abaratar costes y que ofrezcan a los ayuntamientos opciones para agilizar las gestiones que precisen realizar sus conciudadanos, lo que, a corto plazo, repercutirá positivamente en la «cuenta de resultados» de cada uno. ¡Todo según el programa elaborado por «mosén» J.A. Guti y supervisado por el Justicia Mayor Pepe Luis! ¡ Fran, la que se ha liao con la «Crus» de Callosa!

¡Qué tiempos aquellos en los que las cosas se llamaban por su nombre; ahora casi todo se hace por la espalda y por «webs»! ¡En Palacio -me cuentan- hay quien utiliza chaleco antibalas, por si acaso, y lleva el cuchillo entre los dientes! ¡Aseguran que las cuitas Corea del Norte-EEUU es una broma «comparao» con la que se puede liar en la Esquina del Pavo. Otro día hablaré S.S, porque mi ombligo es mío y está más que visto. ¡Sagales, os espero en la Daya!