El 29 de enero de 2018 pasará a la historia de Callosa de Segura como el día en que el tripartito (PSOE, IU y Somos) inició los trabajos para retirar la Cruz de los Caídos de la Plaza de España y un tribunal lo paralizó. La operación se inició a las cuatro de la madrugada en medio de un imponente cordón policial y se saldó con dos detenidos por resistencia a la autoridad. El símbolo de mármol blanco fue arrancado del pedestal entre los gritos de júbilo de los partidarios de su retirada y las lágrimas de los vecinos que durante casi dos años han luchado para que eso no ocurriera. Pero once horas después todo cambió. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ordenó detener la obra hasta que decida si acepta o no las medidas cautelares solicitadas por la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz, que exigió que no se tocara el símbolo hasta que haya sentencia firme en el recurso que dirigen contra el Ayuntamiento. No obstante, ese auto llegó demasiado tarde y el daño ya estaba hecho. La Cruz quedó arrumbada en el suelo junto al Museo del Cáñamo.

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La resolución judicial que dio ayer un giro de 180 grados a lo que está sucediendo en Callosa se une a otra sentencia que indica que el recurso del colectivo vecinal se ha de tramitar por la vía de los derechos fundamentales, ya que se alegó que la retirada de la Cruz atenta contra la libertad religiosa. Con esa premisa, el TSJCV tendrá que decidir si concede o no esas medidas cautelares. En caso afirmativo, no se podrá seguir desmontando la base de mármol blanco que incluye el nombre de los 81 caídos. La noticia fue dada a conocer ayer por el portavoz de la Plataforma, Toni Illán, quien calificó la decisión del gobierno local de eliminar el símbolo como un «fraude de ley». Illán recordó que el TSJCV tenía previsto decidir el día 31 si aceptaba o no las medidas cautelares solicitadas por los vecinos y, sin embargo, el tripartito se adelantó y organizó la retirada de la Cruz dos días antes, el 29.

Decenas de callosinos festejaron ayer el cambio de rumbo que ha dado toda esta situación en un momento en el que cundía el desánimo tras ver como la Cruz ya se había desmontado. El grupo de feligreses permaneció durante 400 días custodiando el monumento y el domingo expiró su autorización para seguir concentrado en la Plaza de España. Aún así, estuvieron hasta el último minuto reunidos en vigilia junto a la Cruz.

Vídeo del comienzo de los trabajos de retirada de la Cruz de los Caídos

Al filo de la medianoche del domingo, la Guardia Civil comenzó a desalojar este espacio público. Casi todos se fueron por voluntad propia aunque hubo que realizar algún desalojo forzoso. También se detuvo a dos jóvenes por resistencia a la autoridad tras lanzar un petardo a los agentes que coordinaban el dispositivo de seguridad. Fueron arrestados mientras gritaban «Arriba España» y «Callosa resiste, por Dios y por la patria». Después se les intervinieron 60 petardos más.

Desde las dos de la madrugada del domingo al lunes la plaza quedó totalmente despejada y tomada por las fuerzas de seguridad. A las cuatro llegaron los operarios para desmontar la Cruz. Comenzaron cortando la base para separarla del pedestal. Era el momento que muchos vecinos y feligreses temían y repicaron las campanas de algunos templos del municipio. No obstante, sirvió de poco porque la plaza estaba totalmente blindada y nadie se podía acercar. Aunque el párroco de San Martín y Toni Illán se acercaron a los trabajadores para entregarles una documentación, en un último intento de paralizar su actuación, no tuvieron éxito. La grúa se llevó la Cruz, pero los jueces impidieron que se llevaran también el pedestal. Ahora unos y otros esperan la resolución del juzgado para saber cuál es el siguiente capítulo de una historia que dura ya dos años. Aunque el final se desconoce, ya ha dejado una gran brecha entre los vecinos.