El concejal José Eduardo Gil Rebollo (PP) denunció ayer públicamente el estado «de abandono» en el que se encuentra La Mata y en especial la senda peatonal de esta playa, y «advertir que no vale excusarse en que la responsabilidad del mantenimiento de la misma corresponde al Ministerio de Medio Ambiente». Gil Rebollo mostró el acuerdo firmado en 2002 entre el Ayuntamiento de Torrevieja y el Ministerio de Medio Ambiente en el que la administración local se comprometía a mantener todo el paseo marítimo.El edil mostró documentación que «deja en evidencia las promesas incumplidas del equipo de gobierno y en especial de su concejal de Playas, Javier Manzanares». Entre otros, un escrito del concejal de Playas con fecha 31 de agosto de 2015, en el que solicitó autorización a la dirección provincial de Costas para la realización del Taller de Empleo «Laguna de la Mata» especialidad de Carpintería, con el fin de reparar la senda peatonal. El 18 de septiembre de 2015, desde la dirección provincial de Costas se procede a autorizar la realización de este taller para la sustitución de todos los tramos en mal estado, «sin embargo y por desgracia este Taller no solo no se llevó a cabo, y en los casi tres últimos años no se ha realizado actuación alguna en la senda peatonal», según el edil.El pasado 31 de marzo de 2017, ante las quejas recibidas en la dirección provincial de Costas de distintos usuarios, esta dirección le recuerda al concejal de Playas a través de escrito remitido al municipio que «es competencia del Ayuntamiento», el mantenimiento y conservación de la senda peatonal» y le invita a realizar «las actuaciones pertinentes».

En los últimos meses colectivos de La Mata han llevado a cabo acciones reivindicativas para llamar la atención del mal estado de la senda. Protestas a las que acudió el propio concejal Javier Manzanares, que ayer indicó que informará «más adelante» qué actuaciones se van a emprender. El paseo de La Mata cuenta con unos 1.800 metros. Entre la Avenida de Los Europeos y el canal de las salinas, junto al límite de Guardamar, está trazado como senda peatonal de tablones de madera, paralelo al mar y la playa a lo largo de 800 metros, que es la que está deteriorada. Numerosos locales de restauración, realizan sus propios «apaños» para evitar que las tablas se suelten, y los paseos nocturnos «son deporte de riesgo». Mientras que el equipo verde municipal actúa a la hora de reponer los tablones el dique de Levante, no lo hace en este punto.