Cuando hace un año, cuentan ahora, cayeron dos de las muchas palmeras en mal estado sobre el coche de una profesora -que quedó inservible- los alumnos de la Escuela de Arte Superior de Orihuela (EASDO), y viendo que nadie hacía nada, comenzaron un movimiento estudiantil que, a día de hoy, con compañeros que les representan en sus problemas, han denunciado de forma pública para dar a conocer las lamentables circunstancias en las cuales se forman 400 jóvenes, la mayoría adultos, que tienen su sueño puesto en el arte, el diseño o la fotografía.

Pero aquel coche al que le cayó una palmeral y que acabó en un desgüace no fue el principio de la solución de sus problemas. Más bien todo lo contrario. Hace cuatro meses vieron que se comenzaba a apuntalar los bajos de una parte del edificio (de techos tan antiguos como altos) y que se incluía un aula en la planta baja, que se habilitó como tal por la falta de espacio en el inmueble. Sí, un aula. Si no se lo creen, sólo tienen que ver las imágenes hechas, cómo no, por alguno de los futuros fotógrafos que se labra en estas instalaciones educativas.

La gota que ha colmado el vaso no ha sido ni ese coche ni esas aulas apuntaladas de las cuales nadie les aclara los motivos. Ha sido el saber que el Ayuntamiento de Orihuela no está por la labor de sumarse al Plan Edificant de la Generalitat para la adecuación de los centros educativos de la Comunidad Valenciana (postura del PP que ayer refrendó en un comunicado Ciudadanos, criticando a Compromís por este asunto) y no les quedó otra que probar con la Prensa y contarles cómo intentan buscarse un futuro. "Mientras que nuestro Ayuntamiento de Orihuela deshoja la margarita y cambia de opinión constantemente sobre adherirse o no al Plan Edificant de la Consellería de Educación (que destina 700 millones de € a la remodelación o construcción de centros educativos en la Comunidad Valenciana) los alumnos del Bachillerato de Arte, los de los Ciclos Formativos Superiores y los de Estudios Superiores de Diseño compartimos unas condiciones penosas en el Centro en el que estudiamos: la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela", así comienza un comunicado firmado por su presidenta, Paula García, una ilicitana que acude allí cada dia porque la EASDO es, sobre todo, un centro intercomarcal porque lo que allí se estudia no hay en muchos otros municipios de la provincia de Alicante e incluso de otras.

"La EASDO debería ser un centro modelo en Orihuela, apoyado, protegido e incluso mimado por nuestras autoridades locales y por la Consellería de Educación. En él estudiamos no sólo alumnos de Orihuela o de la comarca de la

Vega Baja, sino también de otras provincias y Comunidades. Los estudios que se ofrecen en la Escuela de Arte

y Superior de Diseño de Orihuela no pueden cursarse en la Universidad Miguel Hernández ni en la de Alicante ni en ninguno de los institutos de los alrededores", recuerdan al tiempo que se preguntan "¿Porqué entonces la EASDO es la gran olvidada de todos?.

El colectivo recuerda que hay alumnos menores de edad, los de Bachillerato de Arte, y "aunque el resto somos ya

adultos, estudiamos en un edificio que fue construido antes de que nuestras madres hubieran nacido. Lo malo no es solo la antigüedad del edificio, sino que desde su construcción no se le ha hecho ninguna mejora. El deterioro se ve y se nota. Las ventanas oxidadas no cierran bien y no nos aíslan de las temperaturas del exterior. La calefacción (dos radiadores para un aula enorme) no da para caldear el ambiente", aseguran. Recuerdan, con cierta sorna que esta situación tiene alguna que otra ventaja, "nos ahorramos el trabajo de quitarnos los chaquetones en clase", aunque también tiene sus inconvenientes, "nos turnamos para traer de casa, algo que es inusual encontrar en la mochila de un

estudiante pero imprescindible para resistir en nuestras frías aulas toda una mañana: una manta. A veces huele mal en algunas clases porque por los agujeros del tejado de uralita (sí, de uralita) se cuelan ratas que luego mueren ahí.

Tenemos pilares apuntalados en la entrada al aparcamiento y también en una de las aulas del sótano. Nos dicen que no hay ningún peligro. Y, si no lo hay, ¿porqué están apuntaladas nuestras aulas?

Los estudiantes aseguran que las autoriades locales son conscientes de esta situación y "sabiendo todo esto, aún dudan en adherirse al Plan Edificant. De verdad que no lo entendemos. Tampoco nos vendría mal un cerramiento del perímetro del edificio, algo así como un muro o una vaya en condiciones. Creemos que eso nos daría seguridad dentro del centro y quizás evitaría que los árboles de los recintos colindantes al quebrarse cayeran dentro de la EASDO poniendo en peligro nuestras vidas, como ocurrió el año pasado. El 19 de enero de 2017 todos los usuarios de la

Escuela volvimos a nacer. Por puro azar esquivamos las dos palmeras que cayeron dentro del aparcamiento de la EASDO y que aplastaron el coche de nuestra profesora". Por último, dicen, se hacen "la pregunta del millón: ¿alguna de nuestras autoridades locales y educativas va a hacer algo para que estudiemos en un centro en las condiciones de seguridad que marca la Ley de Educación?"