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Orihuela

La ruina de las ruinas

El Castillo de Orihuela languidece ante la pasividad de las distintas administraciones y el poco respeto de algunas personas por este BIC

Grafitis sobre uno de los muros que quedan en pie del Castillo de Orihuela, en lo alto del Monte de San Miguel. tony sevilla

La historia de Orihuela por los suelos, pisoteada y manchada. Es el resumen que se puede hacer tras visitar las ruinas del Castillo que se alza en lo alto del Monte de San Miguel, no tan vigoroso como lo fue durante una importante época. Decenas de grafitis jalonan ahora sus muros, sus arcos y aljibes. Hace algo más de dos semanas uno o varios desaprensivos, con poco respeto por la historia de la ciudad, pintaron con spray la zona de la Alcazaba y los arcos que hay junto al aljibe que datan de época andalusí. Pintadas que declaran el amor a una persona, pero que quien las hizo se nota que por el patrimonio no tiene ningún cariño. No es la primera vez que las ruinas del Castillo sufren actos vandálicos. Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) que, si bien esa figura lo debería dotar de protección, se encuentra bastante abandonado y sin que las diferentes administraciones, local y autonómica, se interesen mucho por él.

El Castillo vigila la ciudad desde el siglo IX según las fuentes árabes (An-Nuwairî), pues lo citan al referirse al desembarco normando del año 859: «...Pusieron (los normandos) en fuga a los habitantes de Tudmir y penetraron en el Castillo de Orihuela...». Situado a 235 metros sobre el nivel del mar, la mayoría de los autores islámicos coincidían en señalar su inexpugnabilidad.... hasta ahora. A la vista está que actualmente es fácilmente expugnable y está desprotegido.

Al Castillo se llega caminando, en un recorrido de poco más de 20 minutos y sin dificultad, desde el Seminario, cuya carretera de acceso lleva también 2 meses cubierta con pintadas, en este caso republicanas. El acceso de vehículos está prohibido y así lo indica una señal, pero ésta se desobedece con cierta frecuencia por motoristas que utilizan esta zona como un circuito de motocross, incluso subiéndose por encima de las ruinas. Así lo denuncia la Asociación Castillo de Orihuela que lleva años reclamando una mayor protección de este BIC. Su portavoz, Juan Ignacio Caballero, denuncia que «el Castillo está a merced de cualquier persona que quiera hacer una pintada en él, subir en moto o saquear sus ruinas, lo venimos denunciando constantemente al Ayuntamiento, incluso hemos ido a los plenos a pedir que se ponga coto a su deterioro, sin mucho éxito».

Al vandalismo se une el poco civismo de quien utiliza las históricas ruinas como basurero. El aljibe está lleno de basura y los residuos se van acumulando desde hace más de dos meses. «Hace poco preguntamos en un pleno al edil de Patrimonio, Rafael Almagro, que cuándo se iba a limpiar el aljibe y se iba a adecuar la zona, como pedimos por registro hace un año, y nos dijo que se iba a hacer, pero la situación va a peor cada día, con más basuras y pintadas y un absoluto descontrol», denuncia.

Eliminación

Esta asociación reclama al Consistorio que proceda a la eliminación de los grafitis y a recoger la basura acumulada «ya que a nosotros no se nos permite porque tiene que ser una institución pública, al tratarse de un patrimonio protegido», explica. También han solicitado que en el acceso al mirador del Seminario, desde donde se coge la ruta de subida al Castillo, se regule el paso de vehículos por las noches ya que se ha convertido en un punto donde se reúnen algunos jóvenes a hacer botellón. «En 2012 el Ayuntamiento aprobó un proyecto para instalar unos pivotes automáticos para que sólo pasaran los vehículos autorizados, pero se quedó en un cajón», critica Caballero.

El Castillo de Orihuela tiene dos partes diferenciadas: la Alcazaba, situada en la zona más alta, con aljibe de bóveda de medio cañón y habitáculos con arcos de ladrillo, atribuible a un momento precalifal y califal; y el albacar, situado por debajo de la Alcazaba, que además de funciones defensivas, cumplía misiones ganaderas y donde destacan varios torreones cuadrangulares de entre los siglos XII y XIV. Se conservan hoy en día los aljibes, torreones y varios tramos de muralla. En torno al actual Seminario siguen en pie varias torres y lienzos de muro; los mejor conservados están en la parte posterior, son obra de mampostería y de tapial de mortero, de época islámica y fue el primitivo núcleo poblacional.

El Archivo conserva todo lo que se conoce sobre este monumento, pero algunos expertos abogan por hacer un estudio arqueológico en profundidad para estudiar bien el terreno, ya que aseguran que hay mucha información que se desconoce sobre el Castillo. Su conservación se hace vital para evitar que las ruinas lo sean aún más. Uno de los arcos de la Alcazaba, ahora pintado con grafitis, hace meses que está sin parte de su estructura y amenaza con venirse abajo.

El edil de Patrimonio, Rafael Almagro, visitó hace unos días el Castillo y pudo comprobar los actos vandálicos sobre sus ruinas, tal y como señaló en una red social, donde calificó los grafitis de «atentado contra el patrimonio». El PP ha presentado una enmienda a los presupuestos de la Generalitat reclamando 1,5 millones de euros para acondicionar el Castillo.

Ambas administraciones deben actuar pronto, de no hacerlo la historia de Orihuela se derrumbará aún más.

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