El Consell ha formado un frente común con Cataluña y Baleares para plantear al Gobierno una propuesta de regulación pesquera opuesta a la que maneja el Gobierno, que es aplicar en el Mediterráneo el modelo de Islandia y Nueva Zelanda, que fija los cupos por un número determinado de capturas. Los técnicos consideran que ese modelo, válido para las grandes pesquerías industriales, no es viable para el Mediterráneo al aumentar la presión sobre los caladeros.