La Dirección General de Tráfico (DGT) acaba de ubicar un radar en el mayor punto negro de la Nacional 332 en la provincia, la variante de Torrevieja, para intentar que los vehículos que acceden a esta circunvalación en sentido Alicante reduzcan la velocidad y el riesgo de accidentes. Su situación, en el punto kilométrico 54, en una zona señalizada por su alta concentración de accidentes, ha causado sorpresa entre los conductores que conocen el tramo. En especial porque ahí ya es difícil pisar el acelerador y superar los cien kilómetros por hora cuando la vía está limitada a 80.

Las retenciones son constantes. Desde noviembre de 2014, todo el tramo de la variante, a lo largo de 8 kilómetros, cuenta con doble línea continua para mejorar la seguridad, con lo que los adelantamientos están prohibidos. Y ahora los vehículos suelen circular en caravana, sobre todo en el tramo comprendido entre la desalinizadora y la CV-905. La línea continua fue la primera medida para evitar estos accidentes. Después, en junio de 2016, Fomento hizo una inversión de más de 24.000 euros, para alertar con señales luminosas del peligro de accidente por alcance en este punto, en sentido a Alicante, muy cerca de donde se ha ubicado este radar, y en la zona del Hospital QuirónSalud, sentido Cartagena. Línea continua y estas señalizaciones luminosas especiales, que se activan con energía solar una vez que se detectan las retenciones, no parecen haber sido suficientes para atajar la situación de inseguridad viaria.

El problema se produce porque los vehículos que llegan desde Orihuela Costa lo hacen desde tramos de carretera con dos carriles por sentido de la circulación, a una velocidad superior de la capacidad que puede soportar la variante. A diario se producen accidentes por alcance que se concentran en la incorporación a la variante desde Orihuela Costa en dirección a Alicante a la altura de su intersección con la CV-95.

La «cadena» de accidentes graves con víctimas mortales se ha reducido desde 2014 porque la velocidad que alcanzan los vehículos es menor. En contraste, sí son ahora más numerosos los accidentes menores porque la retención es más frecuente con la prohibición de adelantamiento, y suelen implicar a más vehículos.

En estos momentos el radar, que fue ubicado a mediados de la semana pasada, no está señalizado. No se indica alerta a los conductores. Tampoco aparece en la relación informativa que facilita la DGT como activo. A simple vista y por el momento, solo se pueden apreciar unas pequeñas placas naranjas situadas bajo de señales verticales, que no son las habituales, según ha podido confirmar este diario, para indicar la presencia de radares. El dispositivo no está junto a los quitamiedos, como los que ya funcionan en este trazado, sin ir más lejos el radar fijo de «la recta» de Campoamor, en el kilómetro 46, tanto en sentido creciente como decreciente de la marcha.

El de Torrevieja está separado del trazado, sobre un poste. La DGT toma estas medidas -la primera fue alertar de la concentración de accidentes- desde que se enlazaron varios ejercicios con siniestros con víctimas mortales en este mismo tramo que soporta a diario una media de paso de 40.000 vehículos, más en los días de mayor ocupación turístico residencial del verano, de finales de julio y todo el mes de agosto. La vía no solo ha quedado obsoleta por contar con un carril para cada sentido de la circulación.

Esta carretera está integrada en la trama urbana y facilita los desplazamientos cortos a lo largo de la costa de la Vega Baja -Guardamar, Orihuela Costa y el principal centro comercial de la provincia y Pilar de la Horadada-, es el principal acceso al Hospital Universitario de Torrevieja, totalmente colapsado durante todo el año en el ramal de la CV-95 para las ambulancias, por culpa de la falta de capacidad de esta carretera, o de conexión con el litoral de Torrevieja a través de la carretera del Torrejón en La Mata. El radar llega cuando la tramitación para desdoblar la carretera se eterniza. Fomento ha asumido ahora la redacción de un proyecto que cuando se apruebe, a finales de 2019, requerirá una adjudicación con 40 millones de inversión.

Otro

La DGT ha preparado también un radar similar en la N-332 a su paso por Gran Alacant, en sentido Santa Pola-Alicante, justo en la bajada desde el Cabo. También para atajar un problema de siniestralidad similar. Los conductores en esta zona aceleran y se topan con la incorporación de miles de vehículos que intentan dejar el área residencial santapolera para incorporarse a la carretera.