El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, reclamó ayer al Gobierno central que escuche el «clamor» de la Vega Baja y adopte «las medidas extraordinarias que merece una situación extraordinaria» como la que se está viviendo por la falta de agua. El jefe del Consell dijo que es al ejecutivo nacional al que corresponde aportar soluciones que permitan garantizar el agua para consumo humano y para riego y le emplazó a «tomar decisiones con valentía» porque «no se puede estar impasible ante el sufrimiento de tantas personas».

Puig participó ayer en el acto simbólico del primer corte de la temporada de alcachofas en la Vega Baja y se reunió después con representantes de los regantes de toda la comarca. El presidente autonómico defendió que hacen falta medidas a corto plazo para hacer frente a la situación de sequía pero enfatizó que se está viviendo un «proceso de cambio climático» y la sequía es y será «de carácter estructural». En ese sentido, consideró que «más allá de que llueva o no, tenemos que garantizar el agua de forma estructural».

El responsable de la Generalitat remarcó que, por ejemplo, la desalinizadora de Torrevieja podría estar produciendo hasta 80 hectómetros de agua -el doble que ahora- si el Gobierno hubiera invertido antes en la red eléctrica necesaria para aumentar su producción, pero eso es algo que no se ha hecho. A ese respecto recordó que en su reciente reunión con la ministra del ramo, Isabel García Tejerina, se le informó de que ese caudal de agua está previsto que se alcance en junio de 2018.

«La Generalitat se compromete a tomar todas las decisiones que pueda tomar, pero el Gobierno de España, que es el competente en cuestiones fundamentales para atajar esta situación, debe tener coraje, valentía y, sobre todo, sensibilidad», subrayó tras la reunión con regantes.

«Sensibilidad»

Por su parte el presidente de la Diputación de Alicante, también reclamó al Gobierno de Mariano Rajoy que tenga «sensibilidad» con una provincia en la que 100.000 puestos de trabajo directos dependen de la agricultura. César Sánchez tendió la mano a Ximo Puig para que ambas administraciones «trabajen juntas y unan sensibilidades para atender las demandas de los regantes». Sánchez pidió unidad para superar los «difíciles momentos de extrema sequía que sufre el territorio y para que llegue agua de donde hay a donde no hay». El presidente provincial aseguró que desde el inicio de este mandato la Diputación ha hecho una inversión superior a los 24 millones de euros en infraestructuras de riego y abastecimiento. A ese respecto dijo además que en los presupuestos de 2018 se consignarán fondos para atender «todo lo que han pedido» los regantes de la comarca, que son un conjunto de 21 actuaciones.