Hartos de esperar, de ver generaciones enteras pasar por allí, los padres y madres del instituto Thader y de los colegios Miguel Hernández y Andrés Manjón han formado una comisión con el único objetivo de conseguir que la ampliación del centro de secundaria sea una realidad este mismo curso y, con ello, acabar a medio plazo con los barracones.

En un comunicado recuerdan que el IES nació en 1992 «con menos aulas de las que se necesitaban» y que a partir de la implantación de la LOGSE se solicitó con carácter urgente su ampliación. Posteriormente, en 2005, el programa «Crea Escola» prometía erradicar los barracones, pero «también fue un fracaso para nuestro instituto, y de promesa en promesa llegamos hasta nuestros días, finales de 2017. Han pasado casi 19 años, hemos cambiado de siglo y de milenio, somos, según nos dicen, la cuarta potencia de Europa y seguimos teniendo a nuestros hijos estudiando en barracones. Sentimos vergüenza».

Los padres recuerdan que en 1999 se colocaron aulas prefabricadas que eran una «medida provisional» que se ha convertido en un «parche definitivo» para solventar los problemas de espacio en el instituto. «Creemos que las aulas prefabricadas nunca pueden ser la solución definitiva».

Defensor del Pueblo

Los padres recuerdan que el Defensor del Pueblo les dijo que «el Ayuntamiento de Orihuela y la Consellería no se ponen de acuerdo con los trámites administrativos de la cesión de los terrenos. Después de 19 años de pasar papeles de mesa a mesa, de funcionario a funcionario y de administración a administración, ¿nos podemos creer que a alguien le interesa la educación de nuestros hijos? Esos jóvenes oriolanos que serán en un futuro los enfermeros, los bomberos, los médicos, los maestros, los ingenieros? o los empresarios de este municipio y de este país, hoy por hoy, se están formando en un instituto donde una cuarta parte del total de sus aulas son prefabricadas. Aulas que están viejas, con goteras, con muchos frío o mucho calor, dependiendo de la estación del año, en las que se caen las vigas del techo? en fin, que les vamos a contar, ¡un escándalo!

También recuerdan que las prefabricadas han quitado espacio para las pistas deportivas y para el patio del recreo. «Al crecer los grupos se han utilizado todos los espacios disponibles y no hay departamentos para que trabajen los profesores ni biblioteca para que puedan estudiar los alumnos en una hora libre ni una sala de atención a las familias para que el profesorado pueda atenderlas cuando vienen a hablar de sus hijos y tienen que hacerlo en medio del pasillo, delante de todo el mundo y sin ninguna privacidad?Muchas deficiencias, sin las infraestructuras mínimas para una educación decente».