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El Segura, río negro en Orihuela

La Confederación Hidrográfica aprovecha la rebaja del caudal para limpiar de lodos el cauce, que adquiere un tono oscuro

Imagen que presenta el río estos días en el casco urbano de Orihuela con un intenso color negro. tony sevilla

Hacía muchos años que el río Segura, a su paso por Orihuela, no presentaba tan mal aspecto, con un caudal apenas perceptible que ha dejado al aire una enorme cantidad de lodos donde a duras penas los patos pueden abrirse camino y que ha vuelto a revivir una de las mayores pesadillas de los oriolanos, la de los olores, que ya le dio a Orihuela el sobrenombre de «Orihuele» en los años 90.

El intenso color negro que ha adquirido el río que desemboca en Guardamar no ha pasado desapercibido para los oriolanos que, con tristeza, ven más un caudal muerto que un río que hace apenas un año alcanzaba unos caudales de récord y del que se hablaba que en los alrededores de la ciudad, incluso, se había constatado la presencia de nutrias, un mamífero que sólo habita en las corrientes de agua más saludables y cristalinas.

Unas burbujas que emanan de las ennegrecidas aguas dan cuenta de que ahí debajo, aunque parezca imposible, sigue habiendo vida. Los peces, en su mayoría carpas, percas y barbos, que sobreviven en aguas con poco oxígeno, apenas son visibles y permanecen en el escaso caudal que queda en una de las partes del río; la otra la ocupan los lodos que tratan de evitar los numerosos patos que viven en el casco urbano de la ciudad, bajo el puente viejo, y que se han visto sorprendidos por la rebaja del caudal. El fango es un peligro para estos animales ya que pueden quedar atrapados y tener dificultades para salir.

Unos metros cauce abajo, en los azudes, junto al escudo de la ciudad, un grupo de operarios trabaja para retirar los lodos. Se trata de la empresa que ha contratado la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) para retirarlos aprovechando la bajada del caudal aprobada por su Junta de Gobierno la pasada semana y que mantendrá así el río, al menos, hasta el 15 de diciembre, donde se volverá a estudiar la situación de sequía que ha llevado a tomar la drástica y polémica para los regantes decisión de cortar «el grifo» a los agricultores y sólo dedicar el agua al consumo humano y a mantener el caudal ecológico.

No obstante, vista la situación, en Orihuela parece difícil que se pueda garantizar ese caudal ecológico y así lo reconocen fuentes de la Confederación quienes señalan que «garantizar es un verbo complicado de aplicar en esta situación porque los embalses tienen muy poca agua» y, por tanto, es difícil mantener ese caudal ecológico en algunas zonas «aunque la medida adoptada intenta, precisamente, mantener ese caudal ecológico». «La idea es reservar la mayor cantidad de agua posible para primavera y verano, cuando será más importante por el mayor consumo», señalaron estas mismas fuentes.

Mala imagen

Los trabajos de retirada de lodos se están realizando a diario y tienen una duración prevista de un mes. Desde el Ayuntamiento de Orihuela se siguen con atención estos trabajos «que eran necesarios para acabar con la mala imagen que presentaba el río, los olores y los mosquitos», según explicó a este diario el edil de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández. Se trata de una obra de emergencia que pretende retirar los lodos acumulados durante años en el río a su paso por el casco urbano para incrementar el caudal de paso y evitar que se pueda desbordar en caso de lluvias torrenciales, como las que se registraron en diciembre del pasado año. «Si le sumamos la limpieza de los márgenes mejorará la capacidad del río para volúmenes que van al mar y evitaremos episodios como los de finales de 2017», señaló Fernández.

Las máquinas estuvieron trabajando a destajo para retirar los lodos que son transportados a camiones que los llevan al soto I5, donde se mantienen para su desecación. En 2007 se llevó a cabo una limpieza intensiva de los lodos acumulados y no fue hasta 2013 cuando la CHS procedió a limpiar de sedimentos el cauce desde la entrada al casco urbano hasta el azud de las acequias Vieja de Almoradí y Callosa, las principales del Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, como ahora.

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