El pasado 19 de octubre, en una ponencia del Congreso Internacional sobre Responsabilidad Social Okko, el letrado especialista en temas fiscales Alfonso Seoane se lamentaba de la ausencia de una ley formal en nuestro país que abandere el mecenazgo como una forma habitual para que las empresas contribuyan a la mejora de cualquier aspecto de la sociedad: desde la cultura al medio ambiente y que ello les revierta en una cuantiosa desgravación fiscal. El Gobierno «capea» desde hace años su incapacidad para promulgarla declarando bonificaciones por acontecimientos de excepcional interés público y actividades de mecenazgo. El pasado mes de julio se publicó la selecta lista de los elegidos en 2017 para que cualquier iniciativa privada en su beneficio les sirva a los benefactores para detraer el pago de impuestos con una bonificación que alcanza el 95% de la inversión; es decir, en vez de pagar al ministro Montoro se fomenta la cultura, el deporte o el medio ambiente.

El poeta Miguel Hernández se encontraba en dicha lista junto a otros acontecimientos que, a juicio del Gobierno, merecían ser declarados en este año de «excepcional interés público», caso de «Los 800 Años de los Amantes», que conmemora Teruel; el «25 aniversario de la Casa de América»; la «Barcelona World Race» o el «40 aniversario de la Constitución Española». Y de eso iba la ponencia del letrado Seoane ante un público formado por empresarios a los que se invitaba a dar un paso adelante en responsabilidad social y la mano del poeta. «Se pone el logotipo (del acontecimiento) y se reduce del Impuesto de Sociedades el 95% de la donación», simplificó el especialista con un lenguaje llano y directo de alguien acostumbrado a abrir los ojos a empresarios sobre fórmulas ingeniosas sobre cómo desgravar. El Ayuntamiento de Orihuela comenzó los fastos hace siete meses, coincidiendo con la fecha de su muerte, el 28 de marzo de 1942, en la cárcel de Alicante pero hasta julio no se ha sabido si se incluiría o no esta efeméride como gran acontecimiento, lo que ha supuesto -como ya pasó en 2010, que también se aprobó en condiciones muy similares- que las actividades con las que se quiere conmemorar la memoria del poeta cabrero, sacarle lustre turístico y cultural, hayan estado a todas luces por debajo de lo que se esperaba. De hecho, el propio Ayuntamiento de Orihuela no ha podido incluir una partida genérica, de 100.000 euros con cargo a la Alcaldía, para financiar actividades hasta la aprobación este verano de los presupuestos. ¿Falta de previsión? Quizá.

Lo curioso del caso es que la ventana a las desgravaciones, aunque la aprobación de esa lista no se realizara hasta julio, entra con carácter retroactivo, desde el 1 de enero de este año y, y esto es lo más importante, ¡hasta el 31 de diciembre de 2018!. Es decir, que el Ayuntamiento, si encuentra empresas interesadas en ello, puede prolongar la efeméride hasta que se hayan cumplido 76 años y medio de la muerte de Miguel. En el equipo del alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, consideran que las cosas no se han hecho mal, que el esfuerzo realizado, tocando muchas puertas en Madrid para lograr esta declaración, es una buena prueba de ello. De hecho, el regidor considera que la imagen proyectada fuera de la ciudad -la del sello, los mupis en estaciones del metro de Madrid o el décimo de Lotería que se dará a conocer en breve con su imagen- son buena prueba de ello y era lo importante.

Tramitación burocrática

Ahora bien, mientras el letrado Seoane en su acertada intervención daba a conocer a los empresarios del Congreso Okko esta oportunidad, el Ayuntamiento sabe que aún tiene por delante una larga tramitación burocrática para fijar cómo se arbitrará ante el Gobierno qué es y qué no son actos del que, curiosamente, no es «75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández» sino «Celebración del Año Hernandiano 2017». Aunque todos coinciden en una cosa: buena parte de las empresas que se quieran sumar a él tendrán que respaldar iniciativas ya en 2018.

Pero, quizá, lo más preocupante sea si, realmente, existe a estas alturas -sí, a estas alturas- una idea clara de cómo se puede prolongar la efeméride más allá de este año, habida cuenta de los problemas que ha tenido el propio Bascuñana en la propia comisión que constituyó para los fastos (que apenas se ha reunido) y con sus socios de Cs (quienes, por su cuenta, han llevado a cabo una serie de actividades paralelas). Pero esto, en cualquier caso, no es algo que le tenga que preocupar mucho a los empresarios.