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Orihuela se ofrece para acoger una de las dos plantas de transferencia de la basura

El alcalde asegura que hay «opciones muy viables» para ponerla en marcha sin dar la ubicación y critica la inacción del Consorcio de Residuos y la Generalitat

Camiones de recogida de basura en la parcela que el Ayuntamiento tiene en el polígono industrial. tony sevilla

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, salió decepcionado el pasado martes de la reunión urgente del Consorcio de Residuos de la Vega Baja donde, entre otros asuntos, se aprobó la adquisición de un ecoparque móvil por 150.000 euros. Una solución transitoria a la necesidad de instalaciones fijas que no ha satisfecho al regidor oriolano, cuyo municipio es el más extenso de la comarca y, por tanto, donde los problemas de tratamiento de residuos y desplazamientos se agravan.

Bascuñana señaló ayer que Orihuela «no puede seguir esperando a una solución a la planta de transferencia de residuos que no llega, a pesar de las numerosas reuniones que he mantenido tanto con el Director General de Medio Ambiente como con el presidente del Consorcio de Residuos que no sabemos si esperan a que venga un tercero o alguien de fuera a plantear una solución». Y, por sorpresa, anunció estar dispuesto a acoger en el término municipal una de las dos plantas de transferencia de residuos que serían necesarias para dar servicio a los 27 municipios de la Vega Baja.

Sin querer desvelar ubicaciones, el alcalde manifestó que «estamos totalmente dispuestos a colaborar y hay opciones viables para la instalación de la planta de transferencia que hay que ponerlas con agilidad y con la legalidad que la administración y la normativa nos permite» y, aseguró, que tanto la Generalitat Valenciana como el Consorcio de Residuos, «son perfectamente conocedores de esas opciones, que he transmitido» por lo que criticó la inacción de ambos organismos en este asunto. «Vale ya de echar balones fuera», dijo.

La Generalitat Valenciana ya propuso a principios de año que Orihuela y Guardamar del Segura acogieran las dos plantas de transferencia de basuras que precisa la Vega Baja. Los técnicos determinaron que eran los dos emplazamientos más adecuados y, como compensación, ambos municipios recibirían una indemnización de un euro por cada tonelada de desperdicios que llegara a esas instalaciones, que tendrían carácter provisional hasta contar con la planta de tratamiento definitiva. Sin embargo, las negociaciones se enquistaron ya que el proyecto era muy caro, entre 5 y 6 millones de euros lo que saldría la tonelada a unos 70 euros, un precio disparatado. El Consorcio, meses después, sigue sin solucionar el problema.

Esta situación, para Emilio Bascuñana, está perjudicando «a la sostenibilidad del servicio» de recogida y tratamiento de residuos y deriva en ofrecer «un servicio con ineficiencias», lamentó.

En ese sentido, el alcalde oriolano puso ayer de manifiesto que la falta de una planta de transferencia «está encareciendo el coste del servicio de RSU» al tener que llevar los residuos a plantas alejadas varias decenas de kilómetros del municipio «y con camiones que no están preparados para desplazamientos tan largos» cuyas consecuencia son continuas averías y un gran consumo de combustible. Por su parte, el edil de Aseo Urbano, Dámaso Aparicio, confirmó el alto coste del servicio con camiones que «trabajan hasta 18 horas diarias» pero dijo «desconocer» los planes del Consistorio respecto a la instalación de una planta de transferencia. «Es algo que lleva el alcalde directamente».

Por otro lado, Bascuñana tampoco ve como solución la adquisición de un ecoparque móvil. «Necesitamos uno fijo que se haga de manera inmediata porque hay espacios y fórmulas viables». La propuesta de ubicación para la instalación del ecoparque es una parcela municipal de 4.000 metros cuadrados en el Polígono Puente Alto.

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