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Orihuela

Un pleno incómodo

El PSOE somete a Bascuñana a una reprobación pública por una denuncia del presidente de su partido al que le espiaron sus WhatsApps

Aparicio y Bascuñana, en el primer pleno en el que se reencontraron tras estallar el caso de espionaje. TONY Sevilla

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP), ha convocado para hoy una reunión de grupo. Hacía meses que no lo hacía, según aseguran sus ediles, y lo hace a menos de 24 horas de lo que debería ser otro pleno más, cansino y aburrido, sin temas relevantes que lleguen a los ciudadanos, y donde la crítica, a veces por una protesta vecinal, por la verborrea política o por la capacidad de sorprender de algún edil, habría terminado por dar a los periodistas algo con qué titular. No, mañana el PSOE lleva a la sesión (9 horas) lo que en fútbol se denominaría un asunto de vestuario que enfrenta a una parte del PP local contra la otra y que ha dejado entrever un juego sucio de egos, envidias y venganzas por el poder en el municipio más grande de la Comunidad Valenciana en que gobierna.

La cuestión que pone sobre la mesa el socialista Víctor Ruiz para pedir un voto de reprobación al alcalde es sencilla: Dámaso Aparicio, concejal defenestrado por el alcalde y recolocado en tareas de gobierno menor (lo que no le impidió ser proclamado hace algunos meses presidente del PP) puso en conocimiento de la dirección provincial a finales de abril unos hechos para que se procediera a la apertura de un expediente al regidor después de constatar que hasta la mesa de éste habían llegado los WhatsApps de su móvil personal y que Bascuñana se los había leído a empresarios, concejales e, incluso, a dirigentes regionales del partido. Y todo lo hizo, asegura, en connivencia con la jefa de Alcaldía, Mónica Díaz, quien también los había utilizado. La dirección provincial, que calificó de «muy grave» estos hechos, según aseguró el presidente provincial, Pepe Císcar, elevó el asunto al Comité de Derechos y Garantías... y allí sigue al cabo de cinco meses. El alcalde, desde entonces, está en la picota.

Explicaciones

Bascuñana, pese a la insistencia de este periódico, nunca ha querido dar explicaciones de cómo aquellas conversaciones privadas de uno de sus ediles llegaron a su mesa y sobre qué tiene que decir sobre la denuncia de un compañero de filas que le acusa de haberlos utilizado en su contra.

Ahora bien lleva semanas intentando que este asunto se archive sin conseguirlo; de hecho, el Comité de Derechos y Garantías ni siquiera se ha constituido para tramitarlo y resolverlo en un sentido u otro. A día de hoy, sólo tiene presidente (Jorge Carbó) y secretario, que fueron quienes les notificaron los hechos, pero la ejecutiva regional del PP no ha nombrado a ningún miembro y parece que tampoco haya prisas. Y mientras, Bascuñana se sabe bajo sospecha y su silencio no hace más que acrecentar las dudas. Por todo ello, la reprobación le hace llegar a un pleno más que incómodo, pero no sólo para él.

La reunión de grupo, que nadie sabe con qué objeto se ha convocado, quizá quiera medir los votos con que contará en la sesión habida cuenta que uno de los que tienen que votar la reprobación es el propio Aparicio, aunque la mayoría de sus concejales sabían de la existencia de los WhatsApps por el propio regidor pues éste se jactaba de ello en algunas reuniones. El caso más significativo es el de Begoña Cuartero, pues su nombre aparece en la denuncia. Según esta, a la ahora mano derecha de Aparicio en la dirección local del PP, el alcalde se los llegó a leer a modo de reproche como prueba de que sabía que, junto a Aparicio, le criticaba a sus espaldas.

Enfermo

Si la situación es incómoda para Bascuñana también debería serlo para el denunciante que tiene varias opciones ante sí: desde no ir porque se ha puesto repentinamente enfermo (otros concejales del PP ya lo han hecho este mandado en asuntos polémicos y no ha pasado nada) hasta votar en contra de la reprobación del alcalde por unos hechos que él ha denunciado, lo que sería un sinsentido, aunque el Partido Popular le sabría encontrar una explicación porque esto, en definitiva, es política.

El alcalde tiene previsto tomar la palabra en la sesión aunque no optará por autodefenderse, pero quizá puede ser que así dé alguna explicación por fin. Lo que sí parece claro es que los argumentos que utilicen los unos y los otros en el pleno no servirán para cambiar el sentido de la votación pues todos traerán de casa aprendida la lección y lo que deben hacer. Por desgracia, tampoco es muy probable que el pleno sirva para arrojar luz sobre este feo asunto. Al menos, esperemos, que nos dejen un titular de Prensa interesante y que retrate a cada uno.

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