A 400 metros de Murcia el valenciano más que una lengua es un problema para cualquier centro que lo incluya en su proyecto educativo. Pero este no ha sido el caso del Colegio Público de Infantil y Primaria Mediterráneo, de Pilar de la Horadada. Tampoco del Colegio Oratorio Festivo, un centro centenario privado concertado, gestionado por la Diócesis y situado en pleno casco histórico de Orihuela.

El de Pilar de la Horadada es un centro más que singular atípico dentro de una comarca de abrumadora mayoría castellanohablante como la Vega Baja. Es el único de los más de ochenta y cinco públicos de este territorio que diluye la frontera con la Región de Murcia, que ha escogido un nivel intermedio de enseñanza en valenciano -y de paso, inglés-, para sus alumnos de 3 años.

La opción resulta chocante en una comarca donde, a excepción de Guardamar -donde dos centros han elegido el modelo avanzado y uno el intermedio- y la pedanía oriolana de Barbarroja, la vida se desarrolla en castellano. Pero en este colegio pilareño rodeado de cultivos bajo plástico blanco de la agricultura más productiva de Europa, la elección resulta insólita. Sus alumnos hablan castellano con marcado acento murciano -y con ese acento lo aprende su numerosa población inmigrante- y el valenciano es, con diferencia, el más extranjero de los idiomas que se puede escuchar en clase, tal y como reconoce el colegio en su propio proyecto educativo. En la misma frontera con Murcia, en el colegio privado oriolano la situación es similar.

¿Por qué padres y profesores han optado por decir sí al modelo de Marzà, que tanto rechazo ha provocado en el Bajo Segura? El secreto hay que buscarlo en la anticipación. Ambos centros apostaron hace ya varios años por poner en marcha un modelo experimental de educación trilingüe. Desde que la administración educativa les dio luz verde en 2009 en el CEIP Mediterráneo de Pilar, se impartían hasta el curso pasado como media 7 horas en inglés, 7 horas en valenciano, y el resto de materias en castellano -10 horas y media a la semana-. En todos los niveles. Y por grupos según nivel (de inglés y valenciano) de cada alumno.

Fueron a por todas así, sin complejos, sin prejuicios. Creyendo que «hablar más de una lengua es una riqueza individual y social », y que si la escuela se abre «a distintas lenguas, los niños tendrán más facilidades para abrirse al mundo», según se recoge en su proyecto.

«Los pequeños no tienen problemas con los idiomas a los 3 años. Ni se dan cuenta. El problema puede estar más en la cabeza de los adultos», explica Ana María García Villalobos, directora de este centro que cuenta con más de 650 alumnos. Ahora, los más peques de Infantil, entre siesta y siesta, oyen hablar a la profesora de apoyo solo en valenciano, además de recibir las «lecciones» de psicomotricidad en la lengua de Ausiàs March.

Los alumnos obtienen, tras presentarse a pruebas voluntarias, la certificación de inglés A2 y B1 al terminar primaria. El inglés se usa para impartir ciencias naturales y el valenciano para ciencias sociales, la materia que más se adapta al idioma que se pretende enseñar: geografía e historia del ámbito en el que se encuentra el municipio.

Por resultados

El camino estaba hecho y ahora no ha habido que salvar reticencias para poner en marcha el decreto de Marzà con un nivel intermedio. La polémica en el municipio pilareño ha sido la misma que en el resto de poblaciones de la comarca, pero los resultados del CEIP Mediterráneo están ahí.

La diversidad social y económica de su alumnado no fue tampoco obstáculo para la implantación del modelo plurilingüe. Pese a que uno de cada cuatro es de familia extranjera -hasta 16 nacionalidades diferentes-, y conviven alumnos que residen en cómodas «urbas» con otros que no tienen acceso a luz en casas aisladas en el campo. Así de claro y de duro para chavales que sin embargo encuentran en la escuela pública las mismas oportunidades. El valenciano no se considera aquí imposición, es más una herramienta de aprendizaje de idiomas y de cultura.

La preocupación de estos centros ahora es la confusión creada por las decisiones de Educación y las resoluciones judiciales. La que tumbó el decreto que regulaba el nuevo modelo, la vuelta al decreto educativo de 2012, y el nuevo decreto del Consell para «salvar» su implantación en Infantil de 3 años.

Vídeo sobre la enseñanza en valenciano realizado por alumnas del Colegio Mediterráneo en su web oficial

Vídeo sobre la enseñanza en valenciano realizado por alumnas del Colegio Mediterráneo en su web oficial