Son las custodias de la Virgen de Monserrate. La cuidan todo el año y la acompañan en cada salida que hace. Ayer, el día que cambia su traje de diario por el festivo, fueron las primeras en llegar al Santuario de la Virgen de Monserrate en pleno barrio del Rabaloche de Orihuela. Hablamos de las 16 camareras de la Virgen. Las mujeres que se encargan de poner guapa a la patrona de la ciudad, que estos días vive sus días grandes, nos reciben en una sala contigua al camarín, donde se guardan los 15 trajes, todos ellos de una calidad excepcional, con los que cuenta. Este año han decidido cambiar el tradicional vestido blanco por uno malva de finales del siglo XVIII. Ellas se encargan de vestir la imagen, de tez morena, 42 centímetros, de olivo incorruptible y madera policromada. La Virgen, sentada, sostiene al Niño Jesús, al que también se viste para la ocasión a juego con su madre.

Lo hacen con mimo y bien coordinadas. Cada una de ellas coloca, con cuidado, una parte del traje que se compone de peto, chaleco y manto, y también la saya. Una vez vestida le ponen las joyas y condecoraciones: la Medalla de Oro de la Ciudad (concedida en 1920 tras su coronación canónica), la de alcaldesa perpetua, la Gran Cruz al Mérito Naval, la cruz pectoral de esmeraldas del Obispo Herrero, la Cruz Laureada de San Fernando y un relicario con el nombre de todas las camareras. Finalmente, colocan, con esmero, la corona imperial que lleva las joyas que donaron vecinos de Orihuela en 1959.

«Las camareras custodian la imagen con celo y son muy detallistas», comenta Gonzalo Montoya, secretario de la Archicofradía Virgen de Monserrate. Entre las camareras está Josefina García Pertusa, que a sus 96 años lleva 40 custodiando a la Virgen. La actual imagen data de 1940, ya que la original fue quemada durante la Guerra Civil. El escultor Sánchez Lozano realizó un nuevo cuerpo, en cuyo interior se guardaron las cenizas de la original, y la cara y las manos son de una réplica del siglo XVIII. También conserva un dedo de la primera imagen.

La tradición cuenta que la devoción surgió en el siglo III y había una imagen de la Virgen en una Puerta junto a las murallas, que fue escondida en una cueva de la sierra en el siglo VIII tras la invasión musulmana. En 1307 un pastor la encontró y hubo discusión por su nombre, ganando el de Montserrat, pero los monjes benedictinos de Cataluña pidieron diezmos por utilizar esa advocación y el Papa decidió separar las advocaciones aragonesa, Montserrat, y castellana, Monserrate. En el siglo XVII se le hizo patrona de la ciudad. Anoche, la Virgen de Monserrate recorrió las calles desde su Santuario hasta la Catedral, donde permanecerá hasta el día 17. Mañana por la tarde tiene una cita con sus fieles en su día y ya está preparada.