Un pesquerón. Eso es lo que ha desembarcado la flota que faena en aguas de Torrevieja y la costa de Murcia en la lonja de la ciudad esta mañana. Más de treinta toneladas de bacoreta. Un pescado azul que ha llegado las bodegas y la eslora de la flota de cerco de los puertos de Murcia, Almería y Alicante que tienen como base el puerto de Torrevieja y que venden sus capturas en la lonja gestionada por la Cofradía de Pescadores. Los más de 30.000 kilos capturados casi no cabían en las dependencias donde se realiza la subasta a primera hora de la mañana, cuando comienzan a atracar los barcos tras salir a faenar sobre las once de la noche.

La bacoreta ha alcanzado un valor medio de entre un euro y euro y veinte céntimos el kilo. Un precio bajo para el esfuerzo que deben desplegar a diario marineros, patrones y armadores, pero que pero que se compensaba con el gran volumen de capturas obtenido. No es una pesca fácil.

Aunque es pescado azul, hay que llevar a bordo las artes específicas para capturar bacoretas en el momento que se detectan con la tecnología que la flota artesanal ya utiliza desde hace años para llevar a cabo su trabajo diario, y que no solo detecta la presencia de pescado y la profundidad a la que se encuentran los bancos, también su tamaño medio, con lo que se puede hacer un cálculo aproximado incluso de la especie que se ha hallado.

Las capturas de bacoretas, un túnido de la familia de las caballas, melvas, bonitos y atunes llegan tras una larga racha positiva de pesca de boquerón y sardina tras la primera y verano que ha generado un gran volumen de ventas en la lonja, impulsado además por la demanda de la hostelería y los supermercados en plena época estival.

¿Sobredimensionada?

El trasiego esta misma mañana era constante. Ni mucho menos el de una lonja pesquera "sobredimensionada". Así la califica el último informe y estudio de la Generalitat sobre la que debe ser la futura delimitación de usos pesqueros que pretende marginar la actividad pesquera tradicional y secular de Torrevieja a un espacio que carece de infraestructuras en el dique de Poniente. Es cierto que parte de una de las dos naves de la lonja está cerrada porque no es necesaria su superficie. Pero también lo es, que hoy mismo no había espacio suficiente para los camiones frigoríficos que han llegado para llevarse el género, mientras que el patrón mayor, Pedro Carmona, y el resto personal vinculado a la gestión de la Cofradía han trabajado a fondo para atender las constantes peticiones de hielo, cajas y movimiento de mercancía, que ha sido constante durante toda la mañana.

La mayor parte de las ventas de este pescado se destina al mercado mayorista, empresas grandes y medianas de distribución afincadas en la vecina Región de Murcia y en Torrevieja.

A las flotas murcianas les compensa faenar y tener la base de sus embarcaciones en Torrevieja a pesar de que a diario las tripulaciones deben cubrir el trayecto por carretera para llegar y regresar a sus lugares de origen -algo que atestigua el aparcamiento de tierra de la lonja repleto de furgonetas con el nombre de esas embarcaciones-, con lo que a jornadas en la mar de más de diez horas se suma el tiempo de estos trayectos.