El grupo Revólver, Carlos Goñi, canta «El peligro», que «viene al pelo», aunque habrá otras «coplicas» que también servirían para meternos en harina, sin miedo a «empolvarnos» (del verbo enharinarse). Dice: «El peligro es no saber a dónde ir/el peligro es no encontrar, jamás, tu sitio/y sentir que ya llegaste, sin salir». Eso es lo que parece -¡digo parece!- que nos toca vivir, con respecto al comportamiento de quienes se supone que «deberían representarnos» -¡jejeje!- y «ser una piña» para defender nuestros intereses, dejando los suyos en un segundo plano, porque tiempo habrá para esos menesteres, como cuando el contribuyente pase la factura -en forma de voto- y diga que el personal -por gobernar para el pueblo, pero de espaldas a él; o sea, pasándoselo por el arco del triunfo (despotismo ilustrado)- tiene que salir a «toa» pastilla carretera de Santomera «parriba» y de Bigastro, por La Pedrera, «pabajo» o, como diría el irrepetible Ramonet, «a uña de caballo». O sea, lo que viene siendo a «to pijo» y el último que «sierre» la puerta, que hay corriente. ¡Para ser una broma, ya está bien!.

«Correr es de cobardes", asegura el Goñi en su copla, frase que le encanta a «mi amigo coronel», A. M. G-M (pongo las iniciales porque no se puede pixelar el nombre para preservar su privacidad), pero el cantante «valensiano» también nos recuerda que todos, sin excepción, «somos carne de cañón/yo lo soy y no me importa confesar que más que nadie/pero aquí quien no es cobarde por amor». Aun siendo de cobardes salir «cagando leches», habrá quien lo tenga que hacer «por webs» y sin mirar atrás, no vaya a ser que le pase como a Edith, la mujer de Lot, y se convierta en estatua de sal, aunque algún estómago agradecido, tiralevitas, abrazafarolas -como decía el periodista José María García- pondrá paños calientes asegurando que se han puesto demasiados palos en las ruedas, impidiéndose que se cumplieran las expectativas. ¡Qué «lastimica», con lo buen «sagal» que es!; ¡y de buena familia!. Ya se sabe que el refranero es rico y sabio y me viene a la cabeza, que, además de para llevar sombrero, sirve para pensar «en ves en cuando», uno que asegura que «otros vendrán que buenos te harán». ¡Vaya si es verdad!. ¡Llama la atención lo de Alcántara y sus muñecos, aunque no sé quién sería Doña Rogélia, el pato Nicol o el león Rodolfo!. ¡Qué «callaicos» están!.

¡El otro día me contaron una cosa que me dejó ojiplático y fuera de juego, porque nadie espera que a alguien se «le escape» semejante disparate/dislate!. ¡Y más si «está de copas» en el cuartelillo/cabila de una comparsa de moros y cristianos!. ¡El «trasnocheo» y el alcohol, por poco que sea, no combinan bien!. Dice mi madre, Angelita, que «no se puede beber vino y andar derecho». ¡No es que se malinterprete o se saque de contexto lo que se dice, no; es que las cosas se dicen sin pensar, porque del «selebro» a la lengua hay poca «distansia», y -quiero entenderlo así- se dicen cosas para hacer «gracieta». ¡Joer, vaya gracieta!. ¡Qué Dios me libre de mis amigos, que de mis enemigos me libro yo!.

Pensé que lo que me estaban cotilleando, en plan «Sálvame», pero sin Jorge Javier Vázquez, no podía ser verdad, aunque también pensé que, de ser cierto, sólo podía ocurrírsele a alguien que necesita una revisión urgente para pasar la ITV, porque está «fuera de punto»; vamos, que se le ha «jodío» la trócola. No quería creer que podía ser cosa de un/a insensato/inconsciente o de alguien a quien le falta media hora de horno y que tiene la inteligencia justa para pasar medio día. ¡Pero no; era así!. En plan José Mota, ¡tonto, «pa» siempre!.

Me cuentan que el familiar de un miembro del equipo «desgubernamental» soltó, por su boca de comer -¡y rajar!-, que en su casa vivía «un tonto importante». ¡Eso es un «zasca» del copón y lo demás tonterías!. ¡Tremendo «patinaso», craso error, porque lo dijo sin saber quién podía estar escuchando!. Tranquilo, ¡no se referían a ti, Emilio!. Será de cobardes, pero, ¿es «pa» salir corriendo o no?, o, como poco, con el coche de San Fernando, «un ratito a pie y otro caminando» ( Manolo García-El Último de la Fila). ¡«Pabernos esnucao», nena!. ¿Será verdad lo que se dice de que la cabeza, a algunos, sólo les sirve «pa» llevar sombrero?. A mi amigo Carrillo -»papuchi» de Vanesa y «suegrito» de David-, que tiene una mente lúcida/preclara, el sombrero le sienta como un guante. A mí me gustan más las gorras, porque ya se sabe que «es mejor una buena gorra que cien sombreros».

Como suele decirse, «entre todos la mataron y ella sola se murió». Socio, aunque te tachen de cobarde, «más vale salir corriendo que con los pies por delante». ¡Qué Nuestro Padre Jesús y la Virgen de Monserrate nos pillen «confesaos»!, porque, tal y como pinta la cosa, si hablan de uno, aunque siempre lo hacen las «lenguas de doble filo» ( Rafael de León), que tienen más motivos por los que callar, ¡que sea «pa» bien!. ¡Chico, aunque sea por el qué dirán!. Dicen que un electricista llegó a Palacio preguntando por un enchufe y sigue allí?¡es concejal!.