El minibús eléctrico comprado por el Ayuntamiento de Callosa de Segura en octubre del pasado año y que costó 49.000 euros todavía no se ha puesto en marcha. El vehículo se encuentra arrumbado en un almacén municipal y los vecinos sólo lo han podido ver en fotografías filtradas por la oposición. El equipo de gobierno tripartito lo adquirió con la intención de municipalizar el servicio de transporte urbano, que ahora es operado por una empresa privada, pero no lo podrá hacer. Dicha mercantil dispone de una concesión por parte de la Generalitat y no es posible retirarla. La solución prevista por el gobierno local es ponerlo en funcionamiento para realizar trayectos complementarios por el municipio «a partir de otoño».
El alcalde accidental de Callosa, José Navarro (que sustituye estos días a Fran Maciá) indicó ayer que desde el Ayuntamiento se han mantenido diversas reuniones con la empresa que tiene la concesión de la línea de transporte que pasa por Callosa, Bacoma, para informarle de que la intención del Ayuntamiento era dejar de pagar 5.000 euros al mes por ese servicio y prestarlo de forma directa. La mercantil se negó a ello y amenazó con emprender acciones judiciales alegando que tiene la concesión del gobierno autonómico para realizar esos desplazamientos en exclusiva. Ante esa situación, el tripartito formado por PSOE, IU y Somos, pensó en ponerlo en funcionamiento durante todo verano para realizar desplazamientos entre el casco urbano y la piscina, pero no se ha podido por falta de conductor.
La solución que se ha pensado ahora es que empiece a funcionar como un servicio complementario para conectar distintos barrios y zonas de la localidad, como el Calvario o el Barrio de la Cruz o el Centro de salud. Según Navarro, eso podrá hacerse a partir de otoño, si bien no quiso fijar ninguna fecha. Ello después de que Maciá asegurara hace unos meses que en junio estaría ya en las calles, algo que no ha sucedido.
Seguridad
La adquisición de este vehículo costó 49.000 euros, de los cuales 10.000 euros fueron financiados por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial. La compra fue muy criticada por la oposición del Partido Popular (PP), que puso incluso en duda la seguridad del minibús. Dicho vehículo carece de ventanas de cristal y dispone de unas de plástico que se cierran con cremalleras y polleras. Tampoco tiene aire acondicionado ni calefacción.
Este modelo de minibús es utilizado en diferentes ciudades europeas para realizar recorridos turísticos, si bien la oposición no cree que sirva para realizar un transporte continuado de viajeros por el municipio. Por su parte, desde el equipo de gobierno mantienen que el vehículo cuenta con los permisos de la Dirección General de Tráfico y, por lo tanto es apto para su uso. Lo que se desconoce es cuándo se sacará del almacén.
