Esta minúscula playita situada entre las del Cura y Los Locos debe su nombre a la tradición pesquera de Torrevieja. En concreto, a las artes de pesca con palangre, que a buen seguro tendrían una zona para calar frente a este tramo de litoral antiguamente. Y no tanto porque todavía hoy las embarcaciones de artes menores calan sus redes en las proximidades, algo que cualquier usuario de las playas de Torrevieja puede observar en distintas horas del día. Es una playa singular, porque siempre desaparece con los temporales y el torrente de agua de lluvia que arrastra toda la Avenida de Las Habaneras. Pero siempre reaparece en verano, con toda su arena, como un rincón de aguas cristalinas, con fondos en los que se alternan la roca y la arena, en pleno centro del casco urbano de Torrevieja.