La vieja nave industrial ubicada junto al IES Vega Baja de Callosa de Segura mantiene fibras de amianto. Dicho mineral fue utilizado para construir su techo de fibrocemento, según han confirmado los análisis realizados por una empresa especializada. Los técnicos han determinado que no existe ningún tipo de riesgo para la salud siempre que dicho material no sea manipulado por personal no cualificado, si bien se tendrá que seguir un protocolo especial cuando llegue el momento de derribarla.

La situación de ese edificio en estado de abandono es algo que trae de cabeza a la comunidad escolar y a vecinos del barrio. La propiedad está ubicada en una zona por la que transitan cada día cientos de jóvenes y donde en los últimos años se han construido diversos edificios. Es por ello que la dirección del centro educativo y algunos residentes han requerido en diversas ocasiones al Ayuntamiento para que informe de qué hay exactamente en ese inmueble y si resulta peligroso. De dichas quejas se hizo eco el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Conselleria de Medio Ambiente, que pidió al Consistorio que explicara qué ha hecho para afrontar todo ese asunto. Ello motivó que la administración local encargara el estudio para determinar si el fibrocemento contenía amianto, con resultado positivo.

Laboratorio

El análisis se realizó a partir de dos muestras de material que revelaron que entre el fibrocemento había fibras de crisólito y de crocidolita, siendo éste último «el compuesto más peligroso de los formados por el amianto». Los expertos contratados por el Consistorio han trazado un protocolo que se deberá de seguir cuando de proceda a derribar la nave. Además, han determinado que «siempre que el amianto no se manipule por personal no especializado mediante métodos que provoquen el lanzamiento de fibras de amianto en forma de polvo o suspensión de fibras en el aire, el riesgo está controlado».

Lo cierto es que el Ayuntamiento ya intentó acabar con este inmueble durante el pasado mandato dictando una declaración de ruina que obligaba a su demolición, si bien el propietario presentó un recurso contencioso en los tribunales y acabó paralizando el derribo. El regidor de Callosa, Fran Maciá, aseguró que el Ayuntamiento no ha podido actuar hasta el momento para acabar con la nave industrial por ese motivo.

Sector urbanístico

Ahora la situación ha cambiado y puede que el Consistorio tenga una posibilidad de intervenir para impulsar el derribo. La nave está ubicada en un terreno urbanizable, formado por varias fincas con distintos propietarios. Para poder desarrollar el sector y levantar casas, los dueños de los terrenos se constituyeron como Agrupación de Interés Urbanístico. Sin embargo no consiguieron su objetivo porque el propietario de la nave interpuso otro recurso en los tribunales. Por todo ello ahora han renunciado a seguir ostentando esa condición de urbanizadores. Llegados a ese punto, desde el Consistorio se está estudiando ahora la posibilidad de desarrollar ese sector de forma directa, girando después los costes a los propietarios y negociando, por fin, la demolición de la nave.