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El precio del melón alicantino cae un 40% por la sobreproducción

La variedad de melones amarillos se vende a 0,15 céntimos en origen frente a los 0,25 del pasado año y los de piel de sapo a 0,26 frente a los 0,42 de 2016

Un agricultor recolecta melones en una finca de Almoradí. tony sevilla

La campaña de melones en la provincia cierra este año con malas cifras para los agricultores. Los precios de venta en origen han caído hasta un 40% con respecto a la cosecha de 2016 y apenas se han cubierto los costes de producción, según se estima desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de la provincia de Alicante. La organización agraria apunta a que el descenso del valor de mercado de este fruto se ha debido a una sobreproducción en Alicante y en comunidades competidoras, como Castilla La Mancha, unido a un descenso de la demanda de producto desde otros países europeos.

Según los últimos datos publicados por Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, la variedad de melón amarillo se ha vendido en julio a una media de 0,15 céntimos en origen, es decir lo que cobra el agricultor, mientras que en el mismo periodo del año anterior se pagaba a una media de 0,25 céntimos. Lo mismo ha ocurrido con la variedad «piel de sapo», que se ha pagado a 0,26 céntimos de euro el kilo frente a los 0,42 del pasado año. El melón «galia» ha pasado igualmente de 0,32 a 0,22 céntimos, mientras que el «cantaloup» baja de 0,40 céntimos a 0,18.

En cuanto a los precios de comercialización en mercado, el año pasado los melones llegaron a alcanzar los 80 céntimos de euro el kilo, mientras que este año han caído más de la mitad, hasta los 30 céntimos.

Desde Asaja apuntan a que el año pasado los precios fueron buenos para el agricultor debido a que la producción fue ajustada para la demanda existente, algo que no ha ocurrido esta temporada. La asociación destaca que las olas de calor registradas en junio adelantaron la producción de los melones manchegos, que habitualmente se comercializan más tarde que los valencianos. Eso provocó la sobreinundación del producto, una mayor competencia y la consecuente caída de precios.

Demanda europea

Otra de las causas a las que se apuntan desde Asaja es que como el año pasado la campaña fue buena, esta temporada han sido más los agricultores que han plantado melones, animados por el cierre positivo de la campaña de 2016. Sin embargo, las mismas fuentes apuntan a que la demanda de melones procedente de países europeos consumidores no ha sido la esperada, lo que ha motivado que haya más producto en España y hayan bajado todavía más los precios para los productores.

Para el presidente de Asaja Alicante, Eladio Aniorte, la campaña del melón «ha sido una ruina y aun con los bajos precios que hay a los agricultores les cuesta vender las cosechas».

La provincia de Alicante produce el 70% de los melones de la Comunidad Valenciana, destacando sobre todo las zonas de la Vega Baja y el campo de Elche. Según los datos de la Conselleria de Agricultura, el pasado año se produjeron 32.931 toneladas de melones y se dedicaron 1.134 hectáreas a este cultivo de verano. Será a partir de septiembre cuando se conozcan las cifras relativas a la campaña que está ahora en su recta final.

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