Callosa de Segura ha inaugurado sus fiestas patronales en honor a San Roque. Cientos de callosinos participaron ayer, vestidos de huertanos, en el acto que supone el inicio de los festejos con la tradicional subida del farol hasta un picacho de la montaña. Se recreó así «el milagro» del pastor Venancio. La historia cuenta que hace más de siglo y medio un cabrero callosino, conocido como Venancio, cayó al vacío por la ladera de la sierra tratando de salvar a una cabrita de su rebaño que se encaramó en lo alto de un escarpado pico. Mientras caía, el pastor se encomendó al patrón y le prometió que, si conseguía sobrevivir, le agradecería el milagro a San Roque subiendo, todos los años de su vida, un farol al peñasco desde el que se desprendió. Venancio, según la leyenda, no sufrió ningún daño, por lo que desde ese día todos los años cumplió con su promesa que pasó de generación en generación hasta nuestros días.

La vistosa comitiva, que partió de la Plaza de España a las 19.30 horas, acompañó, a ritmo de dulzaina, al niño Venancio (que representa al pastor), figura que este año ha recaído en Carmen Agüera, al niño Peregrino, encarnado por Mauro Pérez, y al Invocador de San Roque (la parte espiritual de Venancio que se encomendó al patrón), cargo que ostentó Rafael Salinas. Se unió una cabrilla que recreaba a la que salvó Venancio.

El Farolico de Venancio, que iluminará la sierra callosina hasta el final de las fiestas, fue subido hasta el picacho por los integrantes del Centro Excursionista de Callosa mientras la comitiva fue a la ermita del santo y se leyó la Invocación. El broche lo puso la Coral Callosina de San Martín con un concierto.