La primera reunión del nuevo comité ejecutivo del PP de Orihuela evidenció, otra vez más, que el partido está roto, al menos en dos partes. La asamblea debía servir para coser la formación tras el proceso de primarias en el que se eligió al nuevo presidente, Dámaso Aparicio; pero nada más lejos de la realidad. Emilio Bascuñana volvió a mostrar en público su enfrentamiento con Aparicio -que está integrado en su equipo de gobierno- y votó en contra de la aprobación del presupuesto que éste presentó para gestionar la formación a nivel local. Lo mismo hizo su mano derecha en el Ayuntamiento, Rafa Almagro. La secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, harta de la guerra que se vive en su ciudad natal, exigió que cesaran las tensiones y advirtió que, de no hacerlo, habrá consecuencias.

La llamada al orden de Ortiz se realizó hasta en dos ocasiones y se dirigió a los 11 concejales que forman el grupo popular; unos alineados en torno a Aparicio, que controla el partido, y otros con Bascuñana, que preside el Ayuntamiento. El encuentro se celebró en un contexto de tensión que fue en aumento. Muchos de los asistentes se enteraron allí mismo y a través de INFORMACIÓN.ES de que el Comité de Derechos y Garantías del PPCV está investigando una denuncia presentada en junio por Aparicio, que exige saber como sus conversaciones privadas de WhatsApp, con textos e imágenes, han llegado a manos del alcalde. También supieron que ese órgano pidió explicaciones al regidor a finales del mes pasado y por escrito, pero ese es un hecho que hasta ahora no había trascendido.

«Escoltado»

El vendaval que ha generado el caso del espionaje, originado hace cerca de cuatro meses, ha ido minando las relaciones entre los concejales electos del PP, que se reunieron en una sala del Hotel Palacio de Tudemir para asistir a la primera reunión orgánica que se celebra después de que el 3 de julio la militancia aupara a la presidencia local a Dámaso Aparicio. El presidente estuvo «escoltado» -decía la nota que envió el PP- por la secretaria general Begoña Cuartero; el coordinador general, Paco Sáez; el secretario general de la provincia, Eduardo Dolón; y Eva Ortiz. Frente a ellos, el resto de componentes de la ejecutiva, y en primera fila Bascuñana. Fue desde allí cuando, según varios de los asistentes, tomó la palabra para pedir, expresamente, que el partido apoye al grupo municipal que gobierna y que lo haga sin fisuras. Es algo que repitió en diversas ocasiones durante la campaña a la presidencia, a la que decidió no presentarse y respaldar la candidatura de Víctor Valverde, que acabó perdiendo. Eva Ortiz, por su parte, reclamó que tenía que haber un apoyo mutuo entre grupo municipal y partido y les requirió empezar una nueva etapa para centrarse en trabajar por el municipio y llegar fuertes a la cita electoral de 2019.

Durante la reunión se abordaron otros asuntos como el pago de los 12.000 euros que se adeudan de la sede que los populares mantenían en la Avenida Príncipe de Asturias por mensualidades impagadas al propietario del local. También la necesidad de poner en marcha un nuevo local. Los populares esperan hacer frente a ese gasto con el dinero que ingresaron por las cuotas de afiliados que participaron en el proceso de primarias -algo más de un millar- y con las cuotas que irán ingresando los concejales y asesores. Con todo ello, el PP oriolano manejará un presupuesto para este año en torno a los 15.000 euros.