Los más de 70.000 pinos que fueron retirados de la Sierra de Orihuela tras quedar arrasados por la plaga del Tomicus Destruens serán sustituidos por diferentes especies de matorral autóctono. La Generalitat Valenciana invertirá más de 484.000 euros en labores para empezar a repoblar. En ese espacio convergen hoy perímetros sin apenas vegetación con otros en los que todavía persisten miles de árboles muertos que no han sido talados, con el peligro de incendios que conlleva especialmente en verano por la sequedad del terreno.
La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural ha sacado a licitación un proyecto para acometer actuaciones de restauración de hábitats de interés comunitario, en este caso en el LIC de la Sierra de Orihuela. En concreto se prevé la compra y plantación de 5.220 matorrales con ziziphus y otros 6.110 pastizales calcáreos kársticos. Las empresas interesadas en la adjudicación podrán presentar ofertas hasta el 8 de septiembre. Una vez se adjudiquen los trabajos, está previsto un plazo de ejecución de 36 meses, según se recoge en un anuncio del Diari Oficial de la Generalitat Valenciana. En ese se especifica que esta actuación se tiene previsto cofinanciar con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Sequedad
La Sierra de Orihuela, y también la de Redován, fueron sin duda los espacios más perjudicados en la Vega Baja por la plaga del Tomicus, un insecto que seca los árboles hasta dejarlos sin vida y cuyos efectos se potencian por la sequía. En apenas tres años, entre 2014 y 2017, sucumbieron buena parte de los ejemplares que hasta el momento teñían de verde esos espacios naturales. Aunque la administración puso trampas para atrapar al coleóptero, se hizo demasiado tarde y la medida tuvo muy poco impacto.
Los trabajos para retirar los pinos secos se han demorado durante meses, y esa es una tarea que no se ha completado. En ese trabajo ha intervenido la Conselleria de Medio Ambiente y también el Ayuntamiento ha talado varios miles del monte de San Miguel. La Generalitat explicó que las labores de reforestación se harán con especies autóctonas de la zona y no con pinos, que se introdujeron en la Vega durante el siglo pasado. Aunque hasta el momento se han llevado algunas pequeñas acciones de reposición de plantas, han sido mínimas en comparación al nivel de daño causado por la plaga.
