El tiempo pasa, y los objetivos que desde Europa nos han marcado en materia de gestión de residuos no se están cumpliendo. El caduco, contaminante, e insostenible sistema de vertederos pronto estará proscrito. Los apercibimientos y sanciones se suceden, y el Estado Español -junto a las comunidades autónomas- tienen poco tiempo para reaccionar. En la senda actual, el objetivo de reciclar un 50% para 2020, y más, un 70% en 2030, parecen sueños inalcanzables que se pueden convertir en pesadillas, y por supuesto, en multas millonarias.

El camino trazado por la Generalitat a través de la Consellería de Medio Ambiente, y la asunción de este camino como estrategia por el Consorcio de residuos de la Vega Baja, abren una puerta a la esperanza de alcanzar una gestión aceptable, y tal vez sostenible. Los municipios van a ser pieza fundamental para la consecución de estos objetivos.

En concreto, nuestro municipio, por diversos motivos expuestos en multitud de ocasiones, fue, desgraciadamente, protagonista de unos desmanes en la gestión de los residuos que sin duda han colocado a Orihuela en el mapa de la contaminación. En Cambiemos al tratar este tema siempre hablamos de conmutar la condición de "ser foco del problema", por la de "ser foco de la solución". Es nuestra obligación también, como cabecera de la comarca, marcar la condición de liderazgo que nos corresponde en esta empresa, Se lo debemos a nuestra maltratada tierra.

Entre un 40 y un 45%, según diversos estudios (entre los últimos uno realizado por la Agència de Residus de Catalunya (ARC) en colaboración con Ecoembes), es materia orgánica. Esto quiere decir, que de cada dos contenedores de la actual fracción genérica (contenedor gris), casi uno se destinaría a la transformación en compost (abono agrícola) para enriquecer los suelos, en lugar de "enriquecer" a las concesionarias de los vertederos, y aumentar la factura a la comunidad oriolana. No es necesario profundizar en el beneficio medioambiental de ahorrarle al suelo la recepción de ese 40% que sería aprovechable.

La fracción orgánica de los residuos domésticos es la compuesta por los restos de comida y algunos elementos como papel de cocina, tapones de corcho, y pequeños restos de jardinería. El sistema de recogida ya se ha puesto en marcha -por señalar un ejemplo cercano- en la ciudad de Alicante. La capital de la provincia implementará el desarrollo del sistema de recogida en cinco fases. En una primera fase se instalarán los contenedores marrones en el entorno de los grandes productores de este tipo de residuos; como colegios, residencias de la tercera edad, hospitales y restaurantes. En una segunda fase se ampliará el uso de estos contenedores a ciudadanos voluntarios. El ayuntamiento facilitará a estos usuarios voluntarios cubos y bolsas compostables para realizar la separación, así como una tarjeta, o llave electrónica, para garantizar el correcto uso y acceder a descuentos en la tasa de gestión de residuos. Paulatinamente el sistema se extenderá por distritos, y otras áreas, hasta su completa implantación.

Además, la ciudad de Alicante ha puesto en marcha campañas de concienciación medioambiental relacionadas, y facilitará a la ciudadanía puntos de compostaje doméstico en colegios y jardines para implicar a la comunidad aún más en esta colaboración.

Las Bases Técnicas para el Proyecto de Gestión de Residuos Urbanos del Plan Zonal 11 A6 de la Generalitat Valenciana, aprobadas por el Consorcio Vega Baja Sostenible, trata el tema de la recogida selectiva de la fracción orgánica. Se supone por el documento, y por lo prometido en la reunión que tuvimos Marta Guillén y yo con el Presidente del Consorcio, Manuel Pineda, y con el Director General de Calidad Ambiental, Joan Piquer, que las plantas de trasferencia, que pertenecen a la solución transitoria, estarán preparadas para recepcionar la materia orgánica recogida selectivamente (Capítulo 2.1.1.1: Prestaciones Técnicas y Tecnológicas). También se recoge en el documento, que la solución definitiva de la gestión se ocupará de tratar está fracción de forma separada. Pero vayan a cumplirlo o no -que ya están tardando demasiado como auguramos-, el camino se tiene que empezar a andar. Del mismo modo, en la actualidad, el centro de tratamiento situado en la Región de Murcia, donde Orihuela destina la recogida de sus RSU, admite esta fracción. No tenemos excusa, debemos tomar la iniciativa.

Alicante fue la primera ciudad de la provincia en comenzar a andar este ineludible camino, y Orihuela puede ser la segunda, y primera de la comarca, ocupando la vanguardia de una medida que tanto la Generalitat como el Consorcio deben facilitar e impulsar. Hemos pedido al Pleno de Orihuela que tome en consideración estas propuestas, y comience de inmediato a preparar al municipio para adoptar esta nueva forma de gestión que sin duda supondrá en el medio plazo ventajas económicas y ecológicas que repercutirán positivamente en la comunidad.