La lucha contra el botellón que ha declarado el Ayuntamiento de Orihuela junto a la Policía Local ha ganado una batalla con el cierre del acceso al solar de la calle Tormo de Haro -donde habitualmente se reunían los jóvenes en fiestas para consumir alcohol en la calle- pero no la guerra. Los jóvenes se han ido desplazando a otros puntos de la ciudad para hacer botellón, tratando de esquivar la fuerte presencia policial en otros lugares. La mayoría se citan a través de las redes sociales y el whatsapp que han registrado una intensa actividad estos días festivos entre los jóvenes oriolanos que buscan lugares alternativos a los de siempre para llevar sus bebidas, sus vasos y sus hielos y consumir alcohol en la vía pública, una práctica prohibida y que acarrea fuertes sanciones, que parecen no disuadir a estos jóvenes.

Los agentes de la Policía Local de Orihuela tratan de adelantarse incluso investigando en las redes sociales las zonas donde se citan los jóvenes para hacer el botellón y así evitar la alta concentración de personas, incluso algunos menores, consumiendo bebidas alcohólicas en plena vía pública.

Sin embargo, este fuerte cerco al botellón no evitó que la madrugada del pasado jueves al viernes cerca de 1.000 personas se congregaran en un descampado de Las Espeñetas para beber alcohol en la calle. Los efectos se pudieron comprobar ayer por la mañana. Cientos de botellas, vasos y bolsas quedaron esparcidos en la vía lo que obligó a los servicios de limpieza a emplearse a fondo para limpiar la zona. Anoche, un grupo de policías vigiló que no se volviera a repetir esta situación.

La edil de Seguridad Ciudadana, Mariola Rocamora, señaló a este diario que «vamos a intentar por todos los medios acabar con el botellón y lo vamos a conseguir».