Con toda la ilusión del mundo y con un marcado carácter festero, más de un millar de niños y jóvenes desfilaron ayer por las calles de Orihuela para demostrar que llevan la fiesta en las venas y que el futuro de estos festejos, declarados de Interés Turístico Nacional, está garantizado.

A las 19.30 horas se inició el Desfile Infantil desde la calle Ocarasa, al igual que los protagonizados los dos días anteriores por los más mayores. Las comparsas del bando moro fueron las primeras en salir, seguidas de las del bando cristiano. Hubo quienes mostraron los trajes de media gala de su comparsa para el desfile, otros estrenaron vestimenta para el día de ayer y hubo quienes optaron por alquilar las vestimentas.

El guión es el mismo que el que se sigue en los dos grandes desfiles. Las filas, con su cabo respectivo, dieron espectacularidad a la tarde noche. No falta, por supuesto, el boato, que en nada desmerece, acompañado por las bandas de música que gestiona la Asociación de Fiestas «Santas Justa y Rufina».

Todos brillaron con luz propia y desplegaron su originalidad por las calles de la ciudad recibiendo los aplausos de los miles de oriolanos que no quisieron perderse el último de los desfiles, el de las nuevas generaciones de festeros.

Los pequeños desfilantes estuvieron acompañados por los cargos festeros de este año, la Armengola, Conchi Cabrera, el Embajador Moro, Rafael García y el Embajador Cristiano, José Manuel Fernández.

Embajador Cristiano 2018

La comparsa de Caballeros de Tudmir, que ostentará la Embajada Cristiana de 2018, se adelantó unas horas al final de las fiestas para anunciar a quien ostentará el cargo de embajador de los próximos festejos. A las 2.30 de la madrugada se anunció que sería el abogado y exconcejal de Orihuela Isidro Hernández el que releve a José Manuel Fernández, embajador de 2017 por los Caballeros Templarios.

Por su parte, el nombre del embajador moro de 2018, que será el de un componente de la comparsa Moros Viejos de Aben Mohor, se dará a conocer esta noche, a las 22 horas, en la kábila de esta comparsa, en el campo de fútbol de Los Arcos.